Libro de no ficción y memoria

"La sangre, la tinta y la tierra" de Vicenç Villatoro

El escritor catalán completa con 'La casa dels avis' un tríptico sobre la identidad y los orígenes que empezó con 'L'home que se'n va'

El libro se hace preguntas sobre la vida de sus abuelos maternos, catalanistas y republicanos que sufrieron la guerra y la posguerra

Vicenç Villatoro

Vicenç Villatoro / FERRAN NADEU

Anna Abella

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“Es una trilogía de los que se van, los que se quedan y los que vuelven. Es la sangre, la tinta y la tierra”, resume Vicenç Villatoro (Terrassa, 1957) el tríptico donde explora “los orígenes y la identidad, entendida como indagación personal y colectiva” y que ahora cierra con ‘La casa dels avis’ (Proa), “una obra memorialística escrita por un novelista”, apunta su editor, Josep Lluch. Primero fue ‘L’home que se’n va’ (2014), centrado en la figura del abuelo paterno, que emigró, para no volver, de su Córdoba natal a Terrassa. Le siguió ‘El retorn dels Bassat’, donde a través de esta saga exploraba el mundo de la cultura europea del que se siente deudor y el retorno judío a Barcelona desde Oriente.

En ‘La casa dels avis’ enfoca la vida de sus abuelos maternos, republicanos y catalanistas, que sufrieron la guerra y la posguerra en una convulsa Terrassa y acabaron quedándose en la tierra en que nacieron, en la casa familiar de Canet de Mar, donde el autor iba de chico a pasar los veranos, y que simboliza “la persistencia y el arraigo”. Él era Artur Lamolla, cerrajero, y vivió el exilio en campos franceses como Argelès y Bram; ella, Llúcia Vives, trabajadora del textil, estuvo en las prisiones de Franco.

En el barbero

El embrión de este último libro se remonta a una anécdota de cuando viajó a Castro del Río, el pueblo cordobés de su abuelo paterno. “Estaba en el barbero y al saber que yo era de Terrassa me dijo que mi ciudad era muy importante para él. Pero que no había ido nunca. Me explicó que cuando tenía 14 años tenía el billete para ir y su madre le fue a buscar al autobús y le pidió que por favor no se fuera. En el tema de la inmigración creo que es tan importante irse como quedarse. Es algo de gran interés político y social en nuestra vida cotidiana”, afirma Villatoro. 

La tempestad de las guerras

Estos tres libros, reflexiona Villatoro, explican “una historia colectiva y mundial, una gran tempestad en el mundo, la guerra de aquí (Guerra Civil) y la de allá (Segunda Guerra Mundial) y el Holocausto”. Con ese tríptico, apunta, “se puede tener una idea de la historia vivida en Catalunya. Creo que es importante explicar el país además de hablar de inmigración y arraigo”.

 “Los que habían vivido antes deben reconstruir su vida tras esa tormenta. En ‘La casa dels avis’, mis abuelos, que son bisnietos de emigrantes italianos, vivieron el catalanismo popular de los tiempos de la República y la guerra y muestro cómo intentaron vivir, reconstruirse y hacerse un lugar en el mundo habitando el solar que había quedado desolado tras la guerra. No renunciaron a vivir aunque su mundo hubiera desaparecido. Intentaron salvar lo esencial. Durante el franquismo hubo una vida subterránea. Más que desvelar secretos, pongo luz a un paisaje que tiene un punto de penumbra”.     

El autor catalán fija un referente claro: ‘Los hundidos’, de Daniel Mendelsohn, “que habla de una parte de su familia asesinada en el Holocausto y se pregunta cómo y cuándo”. Este título comparte con su tríptico el hecho de ser “un artefacto narrativo de no ficción que también es un libro largo, que implica minuciosidad, llegar al detalle, y contar la verdad de los hechos”. Sabía que “no podía hacer trampas ni esconder trozos de verdad”.

Villatoro buceó en los informes parroquiales y de la represión franquista sobre sus abuelos. “En la guerra no hay encarnaciones del mal, aunque el mal exista. Todos tienen una autojustificación o un motivo para hacer lo que hacen”. Su libro, avisa, “no responde preguntas sino que las plantea”.