LO QUE NO SABÍAS DE...

'Las mil y una' anécdotas de un rodaje contadas por su directora

Durante la filmación de un plano secuencia se produjo un asesinato en el barrio

El guion se fue reescribiendo con las aportaciones de los actores

En la escena de la discoteca, los intérpretes no sabían que iba a suceder

mily portada

mily portada / VARSOVIA FILMS

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Dentro de la habitual escasez de cine latinoamericano en nuestras pantallas, al menos, el cine argentino llega regularmente y podemos ver, por lo general, películas muy diferentes que nos llegan de ese país donde, aunque no lo parezca, hay mucho más que Ricardo Darín. Uno de esos ejemplos es Las mil y una, una cinta muy humilde que se ha paseado con éxito por diversos festivales como el de Berlín o el de San Sebastián sorprendiendo por su sinceridad y transmitiendo verdad por todos sus poros. Es el segundo largometraje de la realizadora Clarisa Navas (Hoy, partido a las 3) y está protagonizada por actores jóvenes y poco conocidos como Sofía Cabrera, Ana Carolina García (con la que ya trabajó en su opera prima), Mauricio Vila o Luis Molina.

Su título no tiene nada que ver con Scherezade ni con el exotismo oriental sino más bien todo lo contrario. Hace referencia a un barrio pobre, las Mil Viviendas, de la ciudad de Corrientes, donde nació la directora y donde transcurre la acción. Iris es una joven amante del baloncesto que vive con sus hermanos Darío y Ale y su madre. Se siente atraída por una chica que vive cerca de ella pese a que los vecinos comentan que es una prostituta que se vende por droga y que padece el sida. El duro entorno que las rodea no pondrá fácil su relación.

Es una película repleta de planos secuencia no con voluntad de virtuosismo sino para que el espectador sienta que está caminando con los actores por las calles, entre interpretaciones y diálogos muy naturales y frescos que contribuyen a su verismo. Eso sí, tuvieron problemas para poder filmarlos y el rodaje estuvo también lleno de otras curiosidades que nos explica la propia Clarisa Navas.

-La vida supera a la ficción. “La mayoría de los planos secuencia resultaron difíciles porque la vida en el barrio continuaba mientras filmábamos, entonces pasaban cosas no planeadas. Lo más tremendo y que marcó el rodaje fue la escena en la que Iris le dice a Renata que toda la gente sabe que ella tiene VIH. Esa escena la hicimos en una sola toma porque, durante la grabación, se escucharon unos gritos a unos metros del pasillo por donde venían caminando las actrices y cuando la escena se cortó, el equipo estaba muy aturdido porque acababan de matar a un vecino a punta de cuchillo a unos metros, en una pelea barrial. Eso fue muy terrible y triste, de pronto todo dejó de tener sentido porque la vida ahí vale nada”.

Los planos secuencia de las chicas caminando por la calle fueron muy difíciles de rodar.

Los planos secuencia de las chicas caminando por la calle fueron muy difíciles de rodar. / VARSOVIA FILMS

-La inspiración. “Hay muchas escenas que parten de la observación cercana y de las sensaciones vividas en el barrio, es una mezcla muy híbrida entre cosas experimentadas pero también algunas con condimentos ficcionales y situaciones a las que fuimos arribando cuando creábamos el tejido de lazos durante los ensayos”.

-Animales y niños sin control. “Los caballos solo estuvieron para una toma, pero cuando finalizó la escena siguieron corriendo descontrolados y se perdieron por una callecita así que, por suerte, salió de una sola vez ese plano. La perra negra Osa, de los hermanos Darío y Ale, era una perra del barrio a la que yo ubicaba de lejos y un día el director artístico vino con ella y dijo que iba a actuar. Se portó súper bien y hacía todo lo que le pedíamos, ahora la sigo viendo en una esquina siempre persiguiendo a las motos (creo que no vio la película todavía, jaja). Respecto al niño (Giovanni) era el sobrino de verdad del personaje de Dulce. Como era muy chiquito no entendía mucho lo de la filmación, pero se puso a jugar y en todas las escenas aparece jugando de verdad”.

El niño que aparece en el filme era el sobrino de una actriz y no paraba de jugar.

El niño que aparece en el filme era el sobrino de una actriz y no paraba de jugar. / VARSOVIA FILMS

-Los amigos y la relación con los personajes. “El elenco principal son amigas y amigos míos que son actores con formación pero quizás no son “caras conocidas” porque justamente son de la región del nordeste de Argentina, que está lejos de Buenos Aires. A excepción de Sofia (Iris) que es jugadora de basquet y esta es la primera vez que actúa, lxs demás sí habían actuado antes. Con Ana Carolina siempre trabajamos juntas (como en Hoy, partido a las 3) e hicimos varias series. También influyó mi experiencia personal y, para interpretar una historia así, para mí era fundamental que tuvieran una relación ética con las cosas que pasan esos personajes y, en ese sentido, las vidas de cada uno de ellxs tienen mucha relación con las experiencias que aparecen en la película”.

-Los aprendizajes. “Ana Carolina García tomó clases con una profesora sorda y aprendió a hablar lengua de señas para la película. Sofía Cabrera es jugadora profesional de basquet, asi que eso no lo tuvo que aprender pero el principal desafío creo que fue animarse justamente a actuar y a aprender un montón de códigos y cuestiones específicas del cine. Mauricio Vila (Darío) sabia patinar pero hacía mucho no lo hacía, así que practicó bastante”.

Sofía Cabrera (Iris) es también jugadora de baloncesto en la vida real.

Sofía Cabrera (Iris) es también jugadora de baloncesto en la vida real. / VARSOVIA FILMS

-Adaptando el guion. “Hay mucha escritura previa de guion y, luego, muchos meses de ensayo donde cada actor se fue apropiando de su personaje y dándole su propio significado también para crear con sus palabras y modos lo que estaba escrito en el guion”.

-El baile entre madre e hijos. “Desde la primera vez que la ensayamos esa escena tuvo para mí algo mágico y de una fragilidad muy fuerte. Fue de las últimas que grabamos en el plan de rodaje. Me acuerdo que, cuando miré por el monitor y vi lo que estaba ocurriendo, me emocioné. Todas las veces que bailaron, Marianela, Mauricio y Luis abrían un mundo de sensibilidades”.

En la escena del baile familiar se creó una gran complicidad entre los actores.

En la escena del baile familiar se creó una gran complicidad entre los actores. / VARSOVIA FILMS

-El baile inicial de Darío. “La escena del baile con la música de Sandro, es muy curiosa porque, cuando estaba buscando a alguien que pudiera hacer el personaje de Darío, le pregunté a Mauricio si me podía mandar un video bailando Ave de paso. Eso fue una mañana cualquiera y, a los pocos minutos, me mandó un vídeo que improvisó en su casa y eso me llegó profundamente. No lo podía dejar de ver, había algo muy mágico en todo su baile. Creo que en ese tiempo apenas estaba comenzando a escribir el guion y durante todo ese año miraba a cada rato el vídeo y me daba esperanzas. Ya sabía que él iba a ser Darío y ese baile fue el que se mantuvo”.

-Manipulando un títere de un mapache. “La escena del títere es algo que surgió en un ensayo. A Mauricio lo conozco desde chico del ambiente del teatro en Corrientes y siempre me encantaba un show de títeres para niños que tenía cuando él también era un niño. Así que, para la película, un día le propuse si quería probar con los títeres y surgió esa escena con los muñecos que hace él”.

Mauricio Vila (Darío) hacía el número con el títere de un mapache desde que era un niño.

Mauricio Vila (Darío) hacía el número con el títere de un mapache desde que era un niño. / VARSOVIA FILMS

-Las escenas de sexo. “Fueron bastante complicadas porque algunos de los vecinos de uno de los bloques donde filmamos se enojaron. Era bastante fuerte la escena y además con toda la homofobia presente, no les cayó bien”.

-El rodaje en la discoteca. “En esa escena había mucha gente, fue un poco complicada de sincronizar, porque lo más difícil siempre de las escenas de baile es grabar todo eso sin música y hacer que parezca que están bailando. Lo que sí fue sorpresivo es que, para que algo sucediera realmente, ninguno de lxs demás actores había visto antes la coreografía en la barra de Renata y Romi. Estaban viendo por primera vez todo lo que sucedía en la discoteca Traumática. Sofía, Mauricio y Luis no tenían idea de lo que iba a pasar ahí y descubrieron entonces todo ese universo de la disco”.

Los jóvenes actores no sabían lo que iba a ocurrir en la escena de la discoteca.

Los jóvenes actores no sabían lo que iba a ocurrir en la escena de la discoteca. / VARSOVIA FILMS