LO QUE NO SABÍAS DE...

Las anécdotas de la comedia dramática 'El inconveniente'

En principio, pensaban rodarla en inglés con Shirley MacLaine como protagonista

Para hacer creíble el personaje de Kiti Mánver tuvieron que envejecerla con maquillaje y peluquería

La madre del realizador interrumpió un rodaje para llevarle jamón a la actriz

El director, Bernabé Rico explica curiosidades del rodaje

INCONVENIENTE

INCONVENIENTE / JULIO VERGNE

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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El cine español, pese a la evidente crisis actual, sigue aportando nuevos directores que demuestran su talento a las primeras de cambio. Uno de ellos es el sevillano Bernabé Rico quien, tras ganarse un prestigio con premiados cortos como Libre directo, Cowboys o Todos mis padres, ha conseguido dar el salto al largometraje con El inconveniente, una comedia dramática basada en la obra teatral homónima de Juan Carlos Rubio, protagonizada por Juana Acosta, Kiti Mánver y Carlos Areces con la colaboración de José Sacristán. Fue presentada en el Festival de Málaga donde consiguió varios galardones entre los que destaca el de mejor actriz a Kiti Mánver, que también figura entre las cuatro finalistas a los premios Forqué y, ambas, son candidatas a los Feroz.

La trama se centra en Sara, una ejecutiva agresiva que decide comprar un piso céntrico en Sevilla de cara al futuro. El precio es muy asequible pero tiene un inconveniente, no podrá ocuparlo hasta que fallezca su propietaria, Lola, una anciana excéntrica que no le pondrá las cosas fáciles. Pese a su enfrentamiento inicial, la relación entre ambas irá estrechándose y compartirán confidencias ayudándose la una a la otra. Como tercer personaje y como elemento cómico, encontramos a Carlos Areces, que da vida a un tipo que va pasando por diferentes profesiones con escasa suerte y tropezándose con las protagonistas.

El punto de partida supone una crítica a esa descarada política inmobiliaria de vender pisos con inquilino que no está exenta de un punto perverso y macabro. Pero, al final, acaba convirtiéndose en una película sobre la amistad profunda que nace, contra todo pronóstico, entre ambas. En el fondo se trata de dos mujeres solitarias que solo necesitan un poco de apoyo y cariño en sus vidas. Para conocer más detalles de la película, el director Bernabé Rico nos cuenta curiosidades de su rodaje.

-La nieve en Sevilla es pura maravilla. “La escena de la nevada que cae en la ciudad resulta ser un punto de giro en la relación de las dos protagonistas. En un principio, el guionista Juan Carlos Rubio y yo habíamos situado la acción en Nueva York y los personajes eran estadounidenses, de forma que en esa escena queríamos mostrar cómo una helada afectaba de forma diferente a las protagonistas. Al traspasar la acción a Sevilla reescribimos todo adaptándolo a personajes y lugares locales pero se nos pasó adaptar la escena de la nieve y se la di a leer al productor Olmo Figueredo que me llamó enseguida y me dijo: “Tío, muy buenos los cambios, pero ¿¿nieve en Sevilla??” Entonces pensamos que el significado de la escena cobraría aún más fuerza si la manteníamos, porque según los anales sólo ha nevado una vez en Sevilla en 1954”.

Ni Juana Acosta (izquierda) ni Kiti Mánver eran las actrices previstas inicialmente.

Ni Juana Acosta (izquierda) ni Kiti Mánver eran las actrices previstas inicialmente. / JULIO VERGNE

-Nunca segundas opciones fueron mejores. “Ni Kiti ni Juana fueron primeras opciones para sus papeles. La primera por la edad original de su personaje, Lola, que según el guion tenía 87, cuando ella tenía entonces 65. Pero conociéndola tanto como yo desde hace 15 años sabía que sería la actriz perfecta para el personaje excepto por ese “pequeño” detalle. Entonces decidimos acercar a ambas: rebajamos la edad del personaje 13 años y elevamos 9 la de la actriz mediante maquillaje, peluquería y vestuario y el resultado fue absolutamente creíble. Para el papel de Sara había pensado en actrices algo más mayores que Juana, pero ella llegó al proyecto (y a mi vida) gracias a un amigo que me la recomendó pero no para la película, sino para una obra de teatro. Ella me dijo que no podía hacerla por fechas, pero se despidió diciendo: “Gracias y, por favor, tenme en cuenta para otros proyectos”. Y al colgar, literalmente, llamé a Olmo y le dije: “Me parece que ya tenemos a Sara.”

-Bye McLaine, Hola Sacristán. “Nuestra versión anglófona del guion la escribimos pensando en Shirley MacLaine para hacer de Lola y creíamos tanto en el proyecto que a través de un contacto común se lo mandamos. Ella respondió personalmente por email con un “gracias, me lo leeré.” No sabemos si lo hizo pero sí que nunca recibimos respuesta. Por suerte para la película porque entonces llegó Kiti y lo bordó. Yo estaba trabajando con José Sacristán en una obra de teatro y le dije que me gustaría que participara en mi primer largometraje como director y que le íbamos a escribir un personaje sólo con este fin. Aceptó y así es como surgió el marido de Lola, porque en la obra de teatro original no existía”.

El personaje de José Sacristán fue escrito expresamente para que apareciera el actor.

El personaje de José Sacristán fue escrito expresamente para que apareciera el actor. / JULIO VERGNE

-El perfecto idiota. “El primer actor que sí tuve clarísimo para la película fue Carlos Areces. Había algo a lo Peter Sellers en la forma en que yo imaginaba al personaje del agente inmobiliario que coincidía exactamente con la naturaleza interpretativa de Areces. Cuando Sacristán coincidió con Areces en la prueba de vestuario, le dijo: “Creo que eres perfecto para el personaje. Al leer el guion pensé: nadie como Areces puede hacer a este idiota”.

-El director que ayudaba con el vestuario. “En la prueba de vestuario fue cuando vi a Areces por primera vez en persona. Habíamos hablado anteriormente del personaje y de cómo encarar el trabajo pero siempre por teléfono. Cuando llegó a la prueba yo estaba viendo las distintas opciones para él y al verme me saludó y me dijo: “Hola, qué tal, ¿tú eres el ayudante de vestuario?” Empecé a reírme y le respondí: “No, soy Bernabé Rico”. Tardó un segundo y medio en reaccionar y decir: “Ah, coño…”

Carlos Areces confundió al director con el ayudante de vestuario.

Carlos Areces confundió al director con el ayudante de vestuario. / JULIO VERGNE

-El jamón que interrumpió un rodaje. “Aunque la duración de casi todos los rodajes está exprimida al máximo, en el nuestro contábamos con un hándicap añadido y era la agenda de Kiti que, por entonces, estaba haciendo una obra de teatro y no nos daba margen para ningún día extra. Esa circunstancia añadida a un rodaje en espacios naturales con elementos que no controlas originó algunos días de mucha presión para no palmar en ninguna secuencia. En uno de estos días llevábamos no sé cuántas tomas de un plano de un minuto que no acababa de salir y justo cuando por fin iba perfecto, al llegar a la última frase de Kiti sonó el timbre de la casa. Yo estaba en la puerta y grité desesperado: “¡Justo cuando la escena iba perfecta, alguien llama a la puerta!” Abrí y allí estaba mi madre con una bolsa de El Corte Inglés diciéndome: “Hola cariño, te traigo un jamón 5 Jotas buenísimo para Kiti, que le encanta”.

-El catalán andaluz. “Otro de los personajes nuevos en la película respecto a la obra es el marido de Sara, que debía ser andaluz para que tuviera sentido que Sara, que no lo era, se hubiera mudado a Sevilla y se encontrara sola tras distanciarse de su pareja. Entonces vi Animales sin collar, ambientada en Sevilla con el catalán Daniel Grao haciendo un perfecto acento de andaluz de clase media, con el que yo me identifico. Así que le propuse el papel y le dije: “Quiero que hables como yo.”

El actor catalán Daniel Grao tuvo que imitar un acento andaluz de clase media.

El actor catalán Daniel Grao tuvo que imitar un acento andaluz de clase media. / JULIO VERGNE

-Vistas a La Giralda ¿desde un cuarto piso? “Por referencias en el guion la casa debía tener vistas a la Giralda pero la de rodaje estaba en un cuarto piso y tenía unos árboles delante que impedían verla. Entonces me acordé de un amigo que tenía una casa en venta en esa misma calle y era un décimo piso. Por suerte aún seguía en venta, así que todas las vistas subjetivas de la Giralda y la ciudad no corresponden a la localización real sino a la de mi amigo”. 

-Una casa de ida y vuelta. “Lo más difícil de encontrar para la película, aparte de la financiación, fue la casa porque debía tener una serie de características muy concretas no sólo por la historia sino también por las necesidades de producción, que requería una casa céntrica al menos el doble de grande que la de 100 metros cuadrados que se supone tiene en la película. El equipo de localización las pasó canutas hasta encontrarla in-extremis. Era una casa para reformar que estaba en venta por más de un millón de euros. Un año después de rodar fui a un quiromasajista que me habían recomendado que casualmente vivía en la misma calle de la casa y cuando se enteró de mi profesión me dijo: “Pues hace un año rodaron aquí al lado una película en una casa y me la compré”. Yo le dije que esa película era mía. Lo que no le dije es que me acababa de dar cuenta de que me había equivocado de profesión”.

Uno de los retos del equipo fue encontrar la casa necesaria para rodar.

Uno de los retos del equipo fue encontrar la casa necesaria para rodar. / JULIO VERGNE