Las fotos más preciadas de Marilyn Monroe

El neoyorquino Milton H. Greene (1922-1985) fue fotógrafo de moda y publicó en revistas como ‘Vogue’, ‘Life’ y ‘Harper’s Bazaar’. Pero su trabajo más reconocido pertenece al del retrato de celebridades. Su cámara capturó a estrellas cinematográfica, musicales y literarias, de Hollywood y del ‘underground’, de Audrey Hepburn a Andy Warhol, de Groucho Marx a Norman Mailer, de Alfred Hitchcock a Dizzy Gillespie. Con Marinlyn Monroe mantuvo una estrecha relación de amistad y, fruto de ello, surgieron algunos de los más preciados trabajas de Greene a la vez que algunas de las mejores fotos de Norma Jean.

La exposición titulada ‘Marilyn Monroe by Milton Greene. The 50 sessions’ podrá verse en la sala de exposiciones de la Filmoteca de Catalunya, en Barcelona, desde el 17 de diciembre hasta el próximo 24 de febrero, con acceso gratuito. Comisariada por la crítica y periodista Cristina Carrillo de Albornoz, consta de 84 fotos realizadas durante 50 sesiones distintas entre 1953 y 1957, los años de mayor esplendor de Monroe con títulos como ‘Niágara’, ‘La tentación vive arriba’, ‘Bus stop’ y ‘El príncipe y la corista’.

Greene fotografió a muchos personajes icónicos del cine de la época. Y Monroe fue fotografiada por artistas de la talla de Cecil Beaton, Richard Avedon y Henri Cartier-Bresson. Todos contribuyeron a reforzar la particular fotogenia de la actriz, a aprisionar en la placa su especial sensualidad. Pero en las instantáneas de Greene hay un mayor acercamiento a la cotidianidad. Muchas de las fotos parecen improvisadas, muy lejos de los ensayos y las poses en el estudio. Una en blanco y negro bajando por las escalerillas de un avión de la American Airlines, por ejemplo.

También en blanco y negro son sus fotos de la boda de Monroe y Arthur Miller en 1956, y una de la actriz con Marlon Brando, los dos mitos más poderosos –junto a James Dean– de su generación. Greene atrapa la naturalidad de la actriz junto a su propio hijo pequeño, Joshua Greene, quien ríe llevando al cuello una cámara frente a una Monroe vestida de corista; posando con un cigarrillo en la mano y una mandolina en el regazo en un primer retrato de 1953 que la muestra en toda su plenitud, o con el pelo alborotado, sin arreglar, mirando a cámara sabiendo que al otro lado del objetivo se encuentra alguien que la conoce bien. Monroe y Greene formaron en 1956 una compañía que produjo parcialmente ‘Bus stop’ y ‘El príncipe y la corista’.

La relación entre ambos empezó en 1953, con una serie de fotos para la revista ‘Look’. Monroe vio en Greene al fotógrafo perfecto para desterrar, en la medida de lo posible, la imagen de sex symbol y de mujer objeto en que la había encasillado Hollywood. No es de extrañar que esas primeras fotos coincidieran con ‘Niágara’, filme criminal de Henry Hathaway en el que Monroe asumió un papel bien distinto, el de mujer fatal.

Como complemento activo a la exposición, la Filmoteca ofrece una audioguía con el título de ‘Mirades: cinema, imaginaris i poder’, en la que sociólogos, periodistas, fotógrafas, poetas, programadoras y profesoras de cine analizan y comentan las fotos estableciendo un diálogo entre estas instantáneas del pretérito y el tiempo actual, de qué manera se han ido consolidando los imaginarios colectivos del siglo XX y lo que llevamos del XXI y como las artes audiovisuales han generado determinados arquetipos femeninos.

Un segundo complemento de la exposición es la pequeña retrospectiva integrada por 10 películas en las que pueden rastrearse todos los rasgos característicos de una actriz que fue mejor de lo que las historias han dejado escrito, con buenas prestaciones en comedias, dramas, policíacos, musicales y wésterns: ‘La jungla de asfalto’, ‘Me siento rejuvenecer’, ‘Niágara’, ‘Con faldas y a lo locos’, ‘Los caballeros las prefieren rubias’, ‘Río sin retorno’, ‘La tentación vive arriba’, ‘Bus stop’, ‘El multimillonario’ y ‘Vidas rebeldes’, su última película completa, estrenada un año antes de su muerte en 1962.