Muere Richard Corben, maestro del cómic de terror y padre de Den

Recibió en 2018 el gran premio honorífico del festival de Angulema, en Francia

Ilustró adaptaciones míticas de H.P. Lovecraft y Edgar Allan Poe

El ilustrador de cómics norteamericano Richard Corben

El ilustrador de cómics norteamericano Richard Corben

Anna Abella

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El cómic de terror, fantasía y ciencia ficción no sería hoy lo mismo sin Richard Corben. El dibujante de Misuri, que irrumpió sin complejos en los 70 marcando un antes y un después con su excepcional uso del color y sus musculadas, voluptuosas y desnudas anatomías, entre las que siempre despuntó su calvo y más que bien dotado Den, fallecía el pasado 2 de diciembre, a los 80 años, tras una cirugía cardiaca. La noticia de la desaparición de este monstruo del cómic, que hace solo dos años recibía el Gran Premio del festival de Angulema (Francia) como reconocimiento a toda su carrera, la daba su viuda, Dona, este jueves.

“Su familia, amigos y fanáticos lo extrañarán muchísimo. Richard agradeció mucho el amor por su arte que ustedes, sus fans, demostraron. Su apoyo durante décadas significó mucho para él", se dirigía su esposa en redes sociales a los seguidores de un creador que se hizo suyos los escalofríos y mundos macabros que transmitían Poe o Lovecraft, demostrando también su maestría con el blanco y negro, pero que también supo crear sus propios mundos fantásticos desde que tras hacerse un hueco en el ‘underground’ estadounidense, en 1972 empezó a trabajar con las míticas revistas de terror y ciencia ficción de la Warren y en la transgresora revista 'Heavy Metal’. A España las historietas de Corben llegarían gracias a las páginas de revistas que formaron parte del ‘boom’ del cómic adulto en los 80, como ‘Creepy’, ‘1984’ y ‘Totem’.  

Fragmento de página de 'Den', de Richard Corben.

Fragmento de página de 'Den', de Richard Corben. / CORBEN

Nacido en un entorno rural de Misuri en 1940 y criado en un remoto pueblo obrero cercano a las fábricas de munición de Kansas, de joven la lectura de cómics le permitía evadirse y empezó a dibujar, estudiando Bellas Artes y trabajando para una firma de animación local. En 1975, primero en la revista ‘Metal Hurlant’, fueron las historias de fantasía heroica y ciencia ficción de Den, al que ya había hecho aparecer en un cortometraje, ‘Neverwhere’, en 1971, las que le consagraron. Con el que probablemente fue su personaje más popular, Den, un ingeniero enclenque y pacífico que acaba metamorfoseado y viviendo aventuras entre monstruos y brujos pero también entre voluptuosas féminas, Corben fue uno de los primeros en osar mostrar desnudos masculinos integrales en publicaciones comerciales logrando además que el erotismo de su musculoso guerrero, que siempre lucía un imposible miembro viril, no cayera en lo burdo. Según escribió el crítico Javier Coma, desarrolló un mensaje pacifista surgido "de su lucha contra una estructura social basada en la ley del más fuerte y en la opresión de los débiles".

Del lápiz al óleo

En 1979 empezaba su otra serie icónica, la apocalíptica ‘Mundo mutante’, con guion de Jan Strnad (con quien también firmaría ‘Las mil y una noches) y cuya reedición, restaurada por el propio Corben, ultima ECC Ediciones, incluyendo introducciones y un artículo del colorista José Villarrubia. Con ‘Hijos del mundo mutante’ cerraría el díptico un artista que dejaría otras obras imprescindibles como ‘Bloodstar’, ‘Underground’, convertido en un influyente referente para el medio capaz de diversificar sus técnicas de dibujo desde el óleo al lápiz o el modelado en 3D.

Llegó a tener su propio sello editorial, Fantagor Press, donde entre 1986 y1994 publicó títulos como ‘Horror in the dark’ y ‘Rip in time’. En los 90, con la caída de las revistas para adultos, pisó otros terrenos menos ‘underground’ publicando en sellos superheróicos como DC y Marvel, donde pasaron por su pincel personajes como Batman, Hellboy, Hellblazer y Aliens. En los últimos años se volcó en sublimar los relatos de Poe y a Lovecraft. Ahora ha abandonado un mundo no menos oscuro pero ha legado su color.

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