AL RESCATE DE LA CANCIÓN POPULAR

Rodrigo Cuevas & Refree, en busca de una "música tradicional de verdad"

Tras elaborar conjuntamente el álbum 'Manual de cortejo', ambos músicos estrenan en la Fira Mediterrània el concierto 'Llabores', donde revisan canciones de trabajo de origen ancestral

Rodrigo Cuevas y Refree

Rodrigo Cuevas y Refree / periodico

Jordi Bianciotto

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Las abejas, en mayo, proceder a enjambrar, es decir, a “buscar otro hueco en el que instalarse”, y por ello “hay que estar muy atento para atraparlas”, un momento delicado en el que la música puede jugar un papel crucial. “Hay cantos para pedirles que se posen y se metan en la colmena”, explica Rodrigo Cuevas. Tonadas de trabajo, asociadas a costumbres y oficios ancestrales, como las que alimentan el espectáculo ‘Llabores’, que este cantante asturiano y su cómplice Raül Fernández, Refree, estrenan este viernes en el teatro Kursaal, de Manresa, dentro de la Fira Mediterrània.

Este tándem dio que hablar el año pasado con el álbum ‘Manual de cortejo’, que llevaba los cantos populares transmitidos por tradición oral a un estadio distinto, donde la percusión telúrica se citaba con la electrónica. A Refree le había atraído, sobre todo, el fondo de “investigación de la música tradicional” que advirtió en Cuevas a raíz de un concierto en Fabra i Coats. “Me gustó que no solo estaba interesado en la música, sino en la vida, y que la suya era una obra con una dimensión global”.

Epifanía mallorquina

Rodrigo Cuevas nació en Oviedo y vive “por elección” en una minúscula localidad asturiana, Piloña, convencido de que en un pequeño pueblo “la vida es más fácil, amable y hermosa”. Músico con formación clásica de piano, pasó por la Esmuc, en Barcelona, ciudad donde vivió tres años, y tuvo una revelación cuando, una noche, asistió en una taberna a un recital de ‘glossadors’ que cantaban e improvisaban tonadas mallorquinas. “Ver aquella música tradicional de verdad, no el folk que yo conocía, supuso un punto de inflexión para mí”, recuerda. Poco después marchó a vivir a una aldea gallega, y consumó su enamoramiento de los repertorios de raíz. “Porque te posicionan en la historia, no solo musical, sino de la humanidad”, estima, y destaca que quienes los cantan “son artistas que no se sienten como tales”.

En eso incide Raül Fernández cuando recuerda el viaje, para él “iniciático”, que ambos hicieron por Asturias, en el que contactaron con señoras que eran enciclopedias rampantes del cancionero popular. “Ellas tenían la sensación de que lo suyo no tenía ninguna importancia, porque ni sus hijos y nietos se la daban”, explica. Cuevas detecta en esa actitud una “baja autoestima” que se refleja en la situación de la lengua asturleonesa, que él utiliza en su obra (junto al gallego). “Conseguir la oficialidad es importante, pero no basta con eso: lo que hay que hacer con la lengua es hablarla”.

Las abejas y el lino

Así, “haciendo de Alan Lomax del siglo XXI”, Cuevas y Refree siguieron el hilo de unas canciones de trabajo, algunas de las cuales fueron a parar a ‘Manual de cortejo’ (como ‘Cesteiros’) y otras, la mayoría, se integran ahora en ‘Llabores’, estructuradas en ‘suites’ temáticas. Ahí está la pieza dedicada a las abejas, y otra acerca de “mazar el lino”, es decir, sobre “el proceso de transformarlo en tejido”, que, informa Rodrigo, “es un trabajo durísimo que se fue perdiendo hace muchos años”.

En ‘Llabores’, Cuevas deja reposar su ramalazo cabaretero, de fan de la copla y del “folclore urbano del siglo XX”, expresado en episodios pasados, y se muestra, desliza Refree, “menos ‘showman’ y más músico”. En escena, se situarán ambos “de frente, cantando los dos y con los instrumentos en medio”, anuncia Raül Fernández. El dúo ha dispuesto todo un arsenal variopinto de fuentes sonoras: percusión tradicional, ‘pads’ electrónicos, ‘samplers’, sintetizadores, ‘vocoders’... “La gente se sorprenderá”.

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