CRITICA DE CINE

'Song to song': los mundos de Malick

La película tiene un esbozo de trama incoherente con todos los tics estiisticos del autor de 'La puerta del cielo'

Tráiler de la película 'Song to song'

Tráiler de la película 'Song to song'. / periodico

Nando Salvà

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En su penúltima película hasta la fecha, y como ya hizo previamente en ‘To The Wonder’ (2012) y ‘Knight of Cups’ (2015), Terrence Malick lleva al terreno de la autoparodia el formato narrativo fragmentado y pretendidamente experimental que ya probó parcialmente en ‘El árbol de la vida’ (2011). ‘Song to Song’ transcurre en la escena musical de Austin (Texas) e incluye apariciones de Patti Smith, Iggy Pop,Lykke Li, Red Hot Chili Peppers y John Lydon pero, en realidad, daría igual si lo hiciera en una fábrica de embutidos. El director usa ese escenario como una mera excusa para ofrecer una mera excusa para ofrecer otra leve variación de su tema favorito: el poder del amor y la espiritualidad.

Con ese fin, Malick despliega todos sus tics estilísticos. ‘Song to Song’ ofrece solo un esbozo de trama, y lo hace de forma vaga e incoherente; a cambio, avanza a la manera de una sucesión aleatoria de imágenes de cielos salpicados de vistosas nubes, pájaros y mariposas que revolotean y seres humanos ornamentales que acarician paredes, bailan en azoteas, dan vueltas sobre sí mismos de forma casi sonámbula, se revuelcan con gozo bajo un remolino de sábanas y, cómo no, susurran en ‘off’ monólogos interiores que incluyen frases como “he jugado con la llama de la vida”. Entretanto, la cámara da tumbos por los espacios como si tratara de matar un mosquito. Vemos a sus protagonistas, tan bellos y tan torturados, subirse a aviones privados y pasearse a bordo de cochazos o en las estancias de sus gigantes mansiones; a ratos parecen estar pasándolo en grande, y en otros momentos derrochan melancolía mientras se acarician la entrepierna los unos a los otros. Actores como Cate Blanchett y Val Kilmer aparecen fugazmente, como si hubieran visitado el rodaje mientras las cámaras filmaban. Sea cual sea el propósito de todo ello, sin duda es mucho menos profundo de lo que Malick parece creer. Quizá ver la película más de una vez permite detectarle significados ocultos, pero a ver quién es el valiente que se atreve.

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