CRÍTICA DE CINE

'Las niñas': la infancia revelada

Pilar Palomero explora las relaciones de un grupo de niñas en Zaragoza, en 1992, una época fácilmente identificable

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Las niñas'

periodico

Quim Casas

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Producida por la misma productora de 'Estiu 1993', Inicia Films, 'Las niñas' tiene, como aquella, el poso vivencial de su directora que consigue traducir en imágenes no necesariamente espontáneas, pero si muy creíbles en, además, algo tan difícil como conseguir una interpretación homogénea de un reparto formado esencialmente por niñas de 10 o 11 años.

En su debut premiado en el reciente festival de Málaga, Palomero explora las relaciones de un grupo de niñas en Zaragoza, en una época fácilmente identificable: 1992, los preparativos de los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla. No son trazos argumentales muy originales o innovadores, pero todo está muy bien contado e interpretado: una de las actrices, la que interpreta a Celia, la más protagonista, tiene una mirada que en algunos primeros planos recuerda a la mirada maravillada de Ana Torren en 'El espíritu de la colmena'.

La película tiene momentos muy notables, como cuando las niñas escuchan la música de Héroes del Silencio o fuman de escondidas en la calle, la revisión médica y la primera visita a una discoteca. Y pese a que el protagonismo va deslizándose hacia la relación de Celia con Brisa, la niña recién llegada de Barcelona que parece pertenecer a

un mundo bien distinto, esta relación no va mucho más allá, quedándose en un esbozo, como lo son las emociones de estas pequeñas a lo largo del relato.