ESTRENO EN MOVISTAR PLUS

'Lucy in the Sky': sexo, astronautas... y dignidad

Noah Hawley traslada al cine la historia real y un tanto estrambótica de un triángulo amoroso entre astronautas con Natalie Portman como protagonista

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Nando Salvà

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Un triángulo de amor entre astronautas, una acusación de intento de asesinato, un recorrido de 1.500 kilómetros por carretera y, por supuesto, pañales. El caso de Lisa Nowak lo tenía prácticamente todo, y por eso es lógico que en su día no solo copara titulares sino que se convirtiera en asunto de monólogos cómicos, chistes virales y parodias televisivas. Pero ‘Lucy in the Sky’, la película inspirada en su historia que este domingo se estrena en España a través de Movistar Plus, adopta un enfoque muy distinto. “He querido recordar al público que en el centro de las historias que aparecen en la prensa amarilla hay seres humanos que se equivocan y cuyas vidas se ven arruinadas”, explicaba en el pasado festival de Toronto su director, el célebre ‘showrunner’ televisivo Noah Hawley. “Cuando nuestros errores privados son aireados en público deberíamos recibir apoyo y compasión, no burlas”.

El 5 de febrero del 2007, Lisa Nowak condujo 14 horas para agredir con un espray de gas pimienta a su compañera en la NASA Colleen Shipman

En las primeras horas del 5 de febrero del 2007, Nowak llegó al aparcamiento del Aeropuerto Internacional de Orlando (Florida) tras viajar en coche durante 14 horas desde Houston (Texas) equipada con un mazo de acero, una pistola de aire comprimido, un cuchillo, un espray de defensa personal, una cuerda y varias bolsas de basura de gran tamaño. Disfrazada con peluca negra, gafas de sol y gabardina, se acercó al coche de Colleen Shipman, compañera suya en la NASA, y golpeó la ventanilla del conductor. Cuando Shipman la bajó, Nowak le roció el rostro con gas pimienta, pero eso no le impidió alejarse a todo gas y alertar inmediatamente a la policía. Cuando los agentes llegaron al lugar del suceso encontraron a Nowak arrojando la peluca y la pistola a un cubo de basura.

Al informar de los hechos, la prensa se centró en los detalles más morbosos: se hizo público que las dos mujeres tenían o habían tenido vínculos sentimentales con un tercer astronauta, Bill Oefelein –básicamente, él dejó a Nowak por Shipman– y que, según los detectives asignados al caso, durante su larguísimo trayecto al volante la agresora había llevado puestos unos pañales para no tener que hacer paradas.

Ejercicio de dignificación

La película no trata de reconstruir el caso fielmente. Encarnada por Natalie Portman, su protagonista se llama Lucy Cola, y su vida personal difiere en varios aspectos de la de Nowak. Además, en su peripecia narrativa no hay rastro alguno de prendas absorbentes para bebé. “Mi intención no es hacer leña del árbol caído sino justo lo contrario”, afirma Hawley acerca de esa ausencia. “Aquella mujer fue humillada, y merece que su dignidad le sea devuelta. Y para ello es necesario comprender que su caso es una tragedia y no un sainete”. Asimismo, añade el creador de teleseries como ‘Legión’ y ‘Fargo’, el otro objetivo de ‘Lucy in the Sky’ es usar la historia real como telón de fondo sobre el que reflexionar acerca de los efectos psicológicos que viajar al espacio exterior provoca.

La película pretende usar la historia como telón de fondo para reflexionar sobre los efectos psicológicos de los viajes al especio exterior

“Los estudios demuestran que muchos astronautas sufren profundas transformaciones tras vivir esa experiencia. Algunos, por ejemplo, han empezado a desarrollar inquietudes artísticas, y otros se han convertido en activistas medioambientales. Algunos, por otra parte, sufren crisis existenciales profundas”. Inicialmente acusada de intento de secuestro y asesinato, Nowak fue hallada culpable de asalto y otros delitos menores y condenada a un año de libertad condicional en el 2009. Desde entonces, no ha hecho ni una sola aparición pública, y eso convenció a Hawley de que no debía contactar con ella durante la producción de la película. “Su vida se convirtió en un circo”, recuerda el director. “Merece que la dejemos en paz”.