CRÍTICA DE CINE

'Las letras de Jordi': el poder de la palabra

La directora Maider Fernández Iriarte toma como objeto de estudio a un hombre con parálisis cerebral, una pieza en la que los mínimos gestos y la palabra adquieren una dimensión fundamental

Beatriz Martínez

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Un abecedario escrito en una hoja de papel y una mano que señala las letras para formar palabras. Es la imagen con la que da inicio este trabajo documental de Maider Fernández Iriarte en el que la directora toma como objeto de estudio a un hombre con parálisis cerebral, Jordi, que utiliza ese método para poder comunicarse y, quizás lo más importante, para ser comprendido.

Durante el metraje el espectador se enfrenta también a la tarea de entender, que entronca con la propia necesidad del ser humano de expresarse. A través de una serie de entrevistas, Maider intentará conocer mejor a Jordi, preguntándole sobre su vida, su condición, sus inquietudes, hasta abarcar temas más universales como la soledad o la fe, intentando establecer un complejo equilibrio entre el respeto y la honestidad a la hora de filmar a Jordi, sin caer nunca en la autocompasión o la explotación del elemento exhibicionista a la hora de plasmar la enfermedad.

Se trata de una pieza en la que los mínimos gestos y la palabra adquieren una dimensión fundamental. La cámara de Maider explora esos conceptos al mismo tiempo que también quiere comprender sin juzgar, sobre todo en lo que concierne al aspecto espiritual, que incluye una visita al santuario de Lourdes donde Jordi intentará encontrar respuestas a sus plegarias y sus dudas.