CRÍTICA DE LIBROS

'El libro de los monstruos': Bestiario grotesco

Se publica el libro póstumo del italo-argentino Juan Rodolfo Wilcock, un catálogo de extravagancias

El escritor italo-argentino Juan Rodolfo Wilcock

El escritor italo-argentino Juan Rodolfo Wilcock / periodico

Ricardo Baixeras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Juan Rodolfo Wilcock, extravagante hasta decir basta, es un raro entre los raros que dio vida a Caifás en 'El Evangelio según san Mateo' de Pasolini, que tradujo al español a T.S. Eliot, Kafka y al italiano a Shakespeare, Flaubert, Borges, Joyce o Beckett. Argentino exiliado en Italia que escribía en italiano publicó póstumamente 'El libro de los monstruos' en 1978, un libro Wilcock en estado puro como lo eran 'El estereoscopio de los solitarios' o 'La sinagoga de los iconoclastas'' al que Bolaño consideraba uno de los mejores libros que se han escrito en el siglo XX y una obra maestra del humor negro y a la que comparaba con 'Tristam Shandy' de Sterne.

Los monstruos que habitan en este libro genial muestran bien a las claras que la comunicación con el otro es imposible, que los cuerpos desmembrados provocan unas metamorfosis kafkianas, rayando lo fantástico y lo sobrenatural y que, vistas en su conjunto, no son si no el bestiario grotesco de una degradación sin fin: Anastomos recubierto de espejos, Mano Lasso transformado en un hombre de plumaje blanco, Zulemo Moss convertido en cenicero, el disc-jockey Nuno Tuno, convertido en una crisálida, desempeña las funciones de falso oráculo, el matrimonio Doppo poniendo huevos, el doctor Ugo Panda con un cerebro del tamaño de una avellana, el crítico literario Berlo Zenobi, es “una masa de gusanos, un amasijo de forma indefinida” o el caso de Fulvia Net, una mujer en estado de putrefacción.

“En el boceto del mundo” el “hombre, paradigma del monstruo” encarna la irracionalidad de la existencia y la imposibilidad de la vida en comunidad descrita en esta novela coral y alucinada como un absurdo y concebido aquel como un misterio insondable.