CRÍTICA DE CINE

'Coffee & Kareem': típica mezcla de géneros

Más allá de algún gag bien llevado y la comicidad de Ed Helms, la comedia un tanto burda se impone sobre la acción dicharachera

Un fotograma de 'Coffee & Kareem'

Un fotograma de 'Coffee & Kareem'

Quim Casas

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De todos los géneros con los que se ha aliado la comedia, el policíaco es, junto al cine de terror, el que ha generado una mayor producción. 'Coffee & Kareem' se suma a esta tradición de mezclar una peripecia criminal con constantes elementos de humor. Sin ser una 'buddy movie' –que en el terreno del 'thriller' cómico ha llegado a unir a un actor, Tom Hanks, con un perro: 'Socios y sabuesos'–, tiene algo de las películas de acción con pareja masculina protagonista.

Aquí es un atolondrado agente de policía blanco de Detroit, James Coffee, que acaba desentrañando una trama criminal junto a un extravertido adolescente de raza negra, Kareem. La relación entre ellos no empieza bien, ya que Kareem odia a Coffee porque mantiene relaciones con su madre y quiere contratar a un sicario para que le pegue una paliza. Las cosas se tuercen, los dos personajes masculinos se hermanan y el crimen organizado de Detroit se resiente.

Más allá de algún gag bien llevado, la comicidad de Ed Helms (uno de los actores de 'Resacón en Las Vegas') y las autocitas ya casi obligatorias a la propia plataforma que paga el filme, Netflix, en 'Coffee & Kareem' la comedia un tanto burda se impone sobre la acción dicharachera.