ADIÓS A UN FENÓMENO

Tricicle se acerca al sprint final en el Coliseum

zentauroepp52293388 tricicle se despide200214211652

zentauroepp52293388 tricicle se despide200214211652 / periodico

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llevan años anunciando su despedida pero ahora va en serio. Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans han decidido de verdad aparcar Tricicle ese fenómeno del teatro gestual. El público se había acostumbrado a observar la vida con ese humor tan característico del trio catalán capaz de sacarle punta a todo sólo con sus caras, sus gestos y sus onomatopeyas. Palabras, las justas en sus espectáculos.

Su empatía con el público es total como puede verse en cada función en el Coliseum donde gente de todas las edades se parte con  'Hits', una propuesta con lo mejor de su carrera. Ya hicieron un amago de despedida el año pasado en el Victòria y han tenido que volver. El público no quiere dejarles marchar. Pero ellos lo tienen claro. Esta vez se van de verdad. Cuando acaben las funciones el próximo 29 de marzo abandonarán la primera línea para seguir en Tricicle sólo como como directores o productores. Ideas no les faltan para trabajar desde la barerra. Una de ellos es recuperar el musical 'Forever Young' protagonizada por ancianos con alma rockera que produjeron en el 2011 pero también tienen otros proyectos para el 2021. 

El momento de la verdad

La cuenta atrás ha empezado. Hablamos con ellos cuando falta poco para que se abrab las puereas del Coliseum. Fuera muchos espectadores vienen con la madre, el padre o el hermano a despedirse de este trío que ha refeflejado con humor los miedos, debilidades y desafíos del ser humano en espectáculos como 'Exit', 'Entretres', ''Terrific', 'Slastic', 'Sit', 'Garrick' y 'Bits'. "El tiempo pasa volando. Ahora cuando llega el domingo pienso: ¡Una semana menos! Estamos 10 y ya han pasado tres. Dentro de dos llegaremos a la mitad y ya nos quedará poco para el sprint final", dice Gràcia. "Yo todavía no me hecho a la idea de ver el calendario de abril vacío", admite Mir. Más filosófico, Sans, admite: "Cerrar una puerta después de 40 años de algo que ha ido superbien produce respeto. Toca abrir un nuevo capítulo de tu vida". Aunque seguirán en el mundo del espectáculo de otra forma, "decir adiós como intérprete resulta un poco extraño", reconoce Sans. Pero no hay vuelta atrás: "Mejor irnos ahora con el teatro lleno", dice Gràcia.  

"Cerrar la puerta después de 40 años de algo que ha ido superbien produce respeto. Toca abrir un nuevo capítulo de tu vida"

Carles Sans

Hace 38 debutaron en La Villarroel con 'Manicomic' tras haberse fogueado primero en el diminuto Llantiol.  "Antes cuando salíamos a escena perdíamos un kilo y pico por función. Con el tiempo haces lo mismo con menos esfuerzo", dice Mir que tan asumidas tiene las bromas de sus colegas acerca de la calvicie, dentro y fuera del espectáculo. Gràcia  -él aguanta con deportividad las indirectas acerca de su barriga de 'bon vivant'- aclara: "Ahora trabajamos sin tensión". La experiencia es un grado. Han aprendido a dosificarse. Cuando Mir vio a Oriol Pla, Marc Juanet y Marc Sastre en 'Be God Is' en La Villarroel, le recordó a Tricicle de los inicios. "En aquella época nosotros también queríamos hacerlo todo y metíamos en el espectáculo todo lo que sabíamos hacer, con un exceso de energía", rememora Mir.

El Coliseum el jueves estaba a tope y la gente se reía con todos esos números que repasan su trayectoria, sin olvidar la versión mímica de la canción 'Soy un tuhán, soy un señor', de Julio Iglesias, todo un clásico de su repertorio. Ese día empezaron con un sketche sobre el descubrimiento de la silla y acabaron con ese celebrado número de las azafatas ‘repartiendo’ -por decirlo de algún modo-,  periódicos entre el público. Ese gag refleja ya otra época porque ahora en los aviones no dan ni agua gratis. 

Todo cambia, también en el mundo del espectáculo. La disminución en la capacidad de atención de la que tanto se habla obliga a ofrecer otras cosas. Pese a sonadas excepciones como la película 'El irlandés', todo va se acelera. "En nuestro primer espectáculo había un montón de energía pero íbamos a casi cámara lenta. Duraba 75 minutos y hacíamos cinco sketches. En 'Hits' hacemos una docena porque ahora todo va má rápido, el ritmo es muy cinematográfico o de vídeo, muy picado ", cuenta Gràcia.

"En nuestro primer espectáculo había un montón de energía pero íbamos a cámara lenta: 75 minuyos y cinco sketches. En 'Hits' hay una docena porque ahora todo va más rápido"

Carles Gràcia

Las nuevas plataformas dedicadas a formatos de menos de 10 minutos podrían ser un terreno a investigar si no fuera porque ellos ya lo exploraron. "Lo hicimos en 'Chooof!', duraba 12 minutos", comenta Gracia acerca de aquellos gags sobre náufragos en una isla. "A parte de esto hicimos producciones de un minuto para TV-3. Fuimos innovadores", recuerda Mir.

Los más veteranos les recuerdan como directores y protagonistas de series como 'Tres estrelles', rodada en el Hotel La Gavina de S’Agaró y su participación en las ceremonias de los JJOO de Barcelona de 1992. Esa secuencia dando la vuelta al estadio olímpico cual atletas es uno de los momentos estelares de su carrera. Lustros después Rowan Atkinson ('L'Escurçó negre', 'Mr.Bean') recogería el testigo del humor olímpico en los la apertura de los JJOO de Londres 2012.  

Fiasco en New York

La filmación con la que reciben al público que consta de una colección de buenos momentos de Tricicle. La única mácula en su carrera fue el chasco que se llevaron en Nueva York con 'Entretres', en 1997. "Lo de Nueva York es una espina clavada, fue un pequeño fracaso" admite Gracia. Lo atribuyen a una mala crítica de un medio influyente, el 'New York Times'. Calculaban estar medio año en cartel y volvieron al cabo de mes y medio. "La vida es así. Pero al regresar tuvimos una gira espectacular por España". Carles Sans, prefiere ver el vaso medio lleno: "De haber tenido el éxito de aquí en aquel país quizá la vida nos hubiera cambiado demasiado la vida".

Ahora tienen sus energías puestas en esta despedida que, como siempre, les mantiene a pie de calle saludando cada noche hasta el último espectador que abandona el teatro. Si alguien les merece respeto absoluto es el público. 

TEMAS