La Filmoteca programa interesantes sesiones especiales durante todo el mes

La Filmoteca de Catalunya organiza regularmente ciclos para recordar la obra de un artista, la cinematografía de un país o cualquier ámbito temático. Sin embargo hay otro tipo de proyecciones que parecen más olvidadas. Se trata de las sesiones especiales, y este mes ofrecen una amplia variedad que incluye selecciones de festivales, recuerdos de la movida, las películas de Netflix, el desconocido cine eslovaco o el wéstern mediterráneo. Descubramos los secretos de estas citas tan especiales.

Hoy podremos conocer algunos detalles del Festival Gollut, que se lleva a cabo en el cine de Ribes de Freser, el más antiguo de Catalunya aún en funcionamiento, programado por el cineclub Amics del Cinema de la Vall de Ribes, un grupo de amantes del séptimo arte que ha conseguido convertir a los vecinos en socios y garantizar la supervivencia de este histórico local. Su presidente, Joaquím Roqué, presentará El año del mono, una sátira política macedonia del año pasado sobre la amistad insólita entre un solitario simio y el vigilante de un zoológico. El animal conseguirá escapar y se convertirá en un símbolo de los rebeldes.

La movida madrileña y un clásico inacabado

El siguiente homenaje es al Festival de Cortometrajes de Oberhausen, en Alemania. Se dedicarán dos días (el jueves 10 y el domingo 13) a repasar algunos de los mejores filmes de reducida duración que se presentaron en la última edición. La sala de exposiciones Foto Colectania presenta el próximo día 17 una muestra titulada La movida: Crónica de una agitación, La movida: Crónica de una agitación,con fotografías de los 70 firmadas por Ouka Lele, Alberto García-Alix y Pablo Pérez Mínguez, entre otros. Ese movimiento artístico supuso un soplo de aire fresco durante la transición y el mejor ejemplo es la contracultural Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (viernes, 11) que supuso el debut de Pedro Almodóvar. Su estrambótica trama giraba, entre canciones de Alaska y los Pegamoides, en torno a las peripecias de un ama de casa, una amiga masoquista y una rockera que quieren vengar de un policía que violó a una de ellas.

La irrupción de las plataformas televisivas es un fenómeno reciente al que aún hay que adaptarse. Tras una etapa inicial de enfrentamiento abierto con las salas de exhibición parece que Netflix se va acostumbrando a estrenar previamente sus títulos en cines. Roma, de Alfonso Cuarón, abrió un camino que nadie sabe hasta dónde llegará. En esta ocasión han querido destacar una iniciativa muy original de esta empresa. Se trata del montaje de Al otro lado del viento (viernes 18), una de las películas inacabadas de Orson Welles que ahora finalmente ha sido completada a partir de las notas de su autor. Aunque el resultado es algo irregular es mejor eso que ignorarla. La trama, entre la realidad y la ficción, se ocupa de un director de cine (John Huston) que organiza una fiesta para sus amigos para celebrar su regreso a Hollywood donde espera triunfar.

Eslovenia y el wéstern italo-español

El cine eslovaco será el siguiente protagonista con dos clásicos poco conocidos. Jánosik (día 18) es un filme mudo que narra la historia de un bandolero del siglo XVIII que se enfrentó a la nobleza feudal y se convirtió en un héroe popular. La proyección contará con una banda sonora compuesta por canciones tradicionales de ese país interpretadas en directo por el Trío Mandràgora. Ocells, orfes i bojos (sábado 26 y jueves 31) es una comedia surrealista centrada en tres personas que han quedado huérfanas como consecuencia de la guerra e intentan combatir la tristeza por medio de la locura y se comportan como niños, locos y pájaros para disfrutar al máximo de la vida.

El wéstern mediterráneo será otro tema a tratar a partir del libro Sin dólares no hay ataúdes de Rafael de España. Así se proyectará Desenterrando Sad Hill (miércoles 23), un simpático documental cinéfilo que cuenta las peripecias de cuatro individuos enamorados del wéstern de Sergio Leone, El bueno, el feo y el malo que pretendían recuperar el escenario de un valle de Burgos donde se rodó la escena final de duelo a tres en un cementerio circular para celebrar el 50 aniversario de la película. Se trata de un grupo de frikis (dicho en tono cariñoso) que se pusieron a remover la tierra para restaurar las piedras blancas sobre las que caminaban los personajes y, para ello, montaron una campaña de voluntariado a la que se apuntaron fans de medio mundo. El mejor complemento posible es, lógicamente, El bueno, el feo y el malo (miércoles 23 y jueves 31) sobre tres pistoleros, Clint Eastwood entre ellos, que en plena Guerra de Secesión buscan un botín confederado enterrado en un cementerio. Un wéstern memorable.

Documentales y un antropólogo

La Semana de la Responsabilidad Social tendrá también su espacio con un documental japonés clásico de 1971, Minimata: Les víctimes i el seu món (jueves 24). Se ocupa de los habitantes de un pequeño pueblo nipón que, en los años 50, sufrieron enfermedades nerviosas o nacieron deformes como consecuencia del consumo de pescado contaminado por el mercurio que había sido arrojado al mar por una fábrica de fertilizantes.

Para acabar, la Filmo rinde homenaje al cineasta y antropólogo de Michigan John Paul Sniadecki, especializado en itinerarios etnográficos, filosóficos y experimentales en los que recorre extraños lugares con tramas inquietantes. Se proyectarán Foreign parts (martes, 29) sobre una comunidad neoyorquina que vive de recuperar objetos de los que se deshace la sociedad, y El mar la mar (miércoles 30), que retrata el trayecto por el desierto de Sonora de unos emigrantes sin papeles que viajan hacia EEUU. El propio Sniadecki estará en Barcelona ese mismo día para hacer una clase magistral en la que desvelará a los asistentes lo que ha aprendido en el campo del cine antropológico. Sesiones para todos los gustos para descubrir algo más del cine y los artistas que lo hacen posible.