ENTREVISTA

Manel: "Nos gusta que en una canción pueda pasar cualquier cosa"

El grupo barcelonés publica 'Per la bona gent', un paso al frente en su atrevida evolución desde el pop-folk con ukelele a las texturas electrónicas, los ritmos latinos y los experimentos de producción

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Jordi Bianciotto

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La más larga espera para los seguidores de Manel, tres años y medio desde su obra anterior, se rompe por fin este viernes con la publicación de ‘Per la bona gent’, un disco que ofrece muchas y variadas lecturas, con osadías rítmicas y 'samples' llenos de significado, y que desliza un mensaje de fondo en homenaje al oficio de hacer canciones y defenderlas en un escenario. Hablamos con Guillem Gisbert, Martí Maymó, Roger Padilla y Arnau Vallvé.

La canción ‘Per la bona gent’ descolocó a la parroquia. ¿Era el efecto que buscaban?

Martí Maymó: No pretendíamos provocar. Esta canción tiene muchos elementos de estética musical que son importantes en el disco y nos funcionaba como tarjeta de presentación. Seguramente ‘Boyband’, el nuevo sencillo, sea más inmediato.

Guillem Gisbert: Pero ya ha salido gente diciendo que ‘Per la bona gent’ era mejor. ¡Quince días han bastado para que algunos reivindiquen al “Manel de antes”!

¿Que su público más joven vaya ahora a buscar ‘Alenar’, de Maria del Mar Bonet, forma parte del propósito de ‘Per la bona gent’?

M. M. La motivación era egoísta, pero es muy bonito que eso ocurra. Con esta y con otras canciones del disco que incluyen ‘samples’.

¿Cómo descubrieron ‘Alenar’ y vieron ahí el principio de una nueva canción?

G. G. Yo estaba dándole vueltas a la idea de la bondad, a qué se esconde detrás de esa máscara, la malicia que podemos llegar a tener... Y escuchando Spotify en modo aleatorio sonó ‘Alenar’. Estaba fregando los platos cuando oí esa estrofa sobre las puertas abiertas a “la bona gent” y me encajó muchísimo. Me preguntaba: la buena gente que ha de pasar por esa puerta, ¿cómo la detectas? Y me interesaba el diálogo con canciones de generaciones anteriores, saltarme la dictadura de la novedad. ‘Alenar’ es una canción muy buena y tiene 40 años. En la música tendemos a olvidarnos unas generaciones a otras, y este disco va de establecer ese diálogo aplicando ingredientes de la cultura del hip-hop.

"No soy un experto en hip-hop, pero me da la sensación de que ahí en una canción puede pasar cualquier cosa"

Guillem Gisbert

— Miembro de Manel

Le mandó una carta a Maria del Mar Bonet pidiéndole permiso para utilizar su pieza. Si hubiera dicho que no, ¿’Per la bona gent’ no existiría?

M. M.: Habríamos tenido un problema. Porque de todos los ‘samples’ del disco, este era el más determinante para que la canción caminara.

G. G.: Cuando dijo que sí me quedé muy tranquilo. Porque yo entendía que había una violencia en utilizar esa grabación. ¡Sin conocernos! Nos apropiamos de este fragmento para incrustarlo en una canción que no tiene nada que ver con la suya; incluso con un significado diferente, lo cual forma parte del juego. Podría no haberle gustado la canción. Incluso ahora podría ser que no le gustara.

¿El gusto popular se ha hecho más vanguardista y absorbe canciones que rehúyen el esquema tradicional de estrofas y estribillos?

G. G.: En cultura musical ‘mainstream’ estamos más preparados para que se incorpore la imaginación dentro de la música de una manera más amplia. No soy un experto en hip-hop, pero me da la sensación de que ahí en una canción puede pasar cualquier cosa, y eso me resulta interesante ahora mismo. El punto y aparte dentro de una canción, el cambio abrupto, el recorte, que de repente aparezca una estética muy diferente y del que choque de ambas estéticas se genere la canción... Eso me interesa.

"Las radiofórmulas están contempladas para sonar en la peluquería, en el centro comercial... Lo que suene tiene que ser amable"

Martí Maymó

— Miembro de Manel

Manel ha conseguido llegar a un público amplio en Catalunya sin contar apenas con la radiofórmula. 

M.M.: ‘Per la bona gent’ no entró en las ruedas de las radiofórmulas, pero en cambio, el nuevo sencillo, ‘Boyband’, sí que lo ha hecho. Pero son radios contempladas para sonar en la peluquería, en el centro comercial... Lo que suene tiene que ser amable. Y en las radiofórmulas hay maravillas; canciones que me gustan mucho y rozan el placer culpable.

G. G. Las radiofórmulas avanzan de una manera más lenta que nuestro negociado. Considerando que nosotros intentamos experimentar dentro de lo que podemos; tampoco haremos ahora un disco a lo Kraftwerk.

Otro ‘sample’ destacado es el de ‘Ràdio Capvespre’, una canción de Maria Cinta dotada de una melancolía matadora, en ‘Amb un ram de clamídies’. Y las ‘clamídies’ no son precisamente unas florecillas.

G. G.: Tiene nombre de flor, pero es una enfermedad de transmisión sexual, y la canción juega con la historia cliché de una pareja partiendo de las flores que se intercambia. A partir de ahí, más capas, y un trocito de ‘Cal que neixin flors a cada instant’, de Lluís Llach, y ‘Ràdio Capvespre’, que es una canción tristísima y que asocio al videclip que ponían en ‘Sputnik’ cuando yo tenía siete u ocho años. De las primeras veces en mí vida que una canción se me metía dentro. Los acordes de esta canción y los de la nuestra son prácticamente los mismos.

Antes hablaba del diálogo con canciones de otras épocas. Sin llegar a ser un disco conceptual, ¿’Per la bona gent’ es un homenaje a la gente que ha hecho canciones y que se ha subido a un escenario por vocación, sin obsesionarse con la gloria ni el glamur?

G. G. Este es nuestro primer disco en el que, sin ser un disco conceptual, hay un concepto sugerido. Hay unas cuantas canciones que tienen que ver con el oficio, con el paso del tiempo en la profesión, los artistas de carreras largas... Desde ‘Canvi de paradigma’ a ‘Boy band’, ‘Les estrelles’, ‘El vell músic’...

Carreras largas: como la de Janis Ian, autora de ‘Stars’ (‘Les estrelles’), la primera versión que graban en un disco suyo. Y como la de Nina Simone, que adaptó esta pieza en su ‘Live in Montreaux 1976’.

G. G. Sí, es la historia de las personas que se suben al escenario, vista desde el punto de vista de los mismos artistas, y sin el glamur del foco. Hay una tradición de temas así, como ‘El cantante’ (Héctor Lavoe), sobre las emociones reales que hay detrás del telón. La versión de su autora, Janis Ian, es de un folk setentero que suena limpio, bien producido, y que a Dylan no le habría gustado.

Roger Padilla: Y la de Nina Simone aporta otro sentido, desde la edad que tiene y con su bagaje.

M. M. Tiene un aire decadente, porque ella había vivido cosas muy chungas: malos tratos, alcoholismo... Cuando vi ese vídeo de Nina Simone me comenzó a interesar la canción.

‘Aquí tens el meu braç’ parte de ‘Vine a la festa’, un viejo éxito de la etapa más verbenera de Els Pets. ¿Rompiendo prejuicios con el ‘rock català’ después de todo?

M. M. Es que fuimos consumidores de aquella escena musical. Aunque yo soy el más joven del grupo y pillé aquello de “qué palo, el ‘rock català’”...

Arnau Vallvé: Pero aunque los cuatro hubiésemos odiado el ‘rock català’, que no fue el caso, al final el tiempo marca una línea de evolución de la música de un país y las etapas no son tan claras. Las separaciones se diluyen.

G. G.: Aquí tocamos la conciencia del paso del tiempo y la eliminación del ‘presentismo’, eso de pensar que lo de ahora siempre es mejor, cogiendo un poco de perspectiva. Porque el ‘rock català’ sufrió una reacción muy agresiva, mezclando acusaciones políticas, de subvenciones... En nuestra generación quedó muy ensombrecido y no tiene mucho sentido. Con el tiempo las cosas se vuelven a poner en su sitio. Al final, en todas las generaciones hay canciones que está bien y otras que no lo están tanto.

"La música urbana de Don Patricio es brutal. Oyes canciones sueltas y te enganchas. Las de Cecilio G también"

Martí Maymó

— Miembro de Manel

‘Els entusiasmats’ se acerca a la música urbana latina e incluye voz con ‘autotune’. Se rumorea por ahí que a Guillem Gisbert le chifla el rapero canario Don Patricio.

G. G.: ¡Hombre, pues tiene buena pinta, pero lo he descubierto hace cuatro días! Me gusta su tema ‘Enchochado de ti’.

M. M. La música urbana de Don Patricio es brutal. Oyes canciones sueltas y te enganchas. Las de Cecilio G también.

¿Sienten que les interpelan esas músicas, o en el fondo temen que no les corresponda acercarse a ellas por distancia generacional?

A. V.: Las dos cosas.

G. G. Revoluciones musicales hay una cada muchos años, y tengo la sensación de que desde el 2016 hasta hoy la música ha cambiado mucho más que en toda la década anterior. Esto se ha vuelto ‘mainstream’ en muy poco tiempo, y yo no he descubierto nada. Pero ahora que la gente de 20 años lo escucha, me interesa, y veo ahí mucha imaginación. Es una música en la que pasan muchas cosas. Igual resulta que hay unos clichés estructurales, pero estoy en una fase en que todo esto me sorprende mucho y aprendo de ello. Viniendo del pop, el folk, el ‘indie’..., esto es algo completamente diferente.

Que puede inyectarse en la música pop de un grupo como Manel.

G. G. Aún no sabemos hasta qué punto nos sentimos cómodos con ese lenguaje. En ‘Els entusiasmats’ nos lo planteamos: ¿estaremos haciendo el ridículo persiguiendo la última moda? Pero mi idea de hacerme mayor es esta, estar abierto a lo que pase.

¿Manel aspira a expresar una identidad por encima de los estilos?

A. V.: Nos planteamos los discos de modo que cada canción vaya a un lugar diferente, sin una unidad de género.

G. G.: Para nosotros, lo más divertido es lo que hacemos, pero dejarte llevar por el mundo o mantenerte firme son ambas opciones muy válidas.

Y después de romperse la cabeza con tanta teoría, ‘Per la bona gent’ culmina el álbum de un modo diáfano y simpático, con los aires de verbena de ‘El vell músic’, que canta Sisa y que incluye un guiño a Gato Pérez.

G. G. Nos gustaba que siendo un disco muy producido, hubiese ese final de fiesta un poco descocado, una canción de guitarras, de banda, porque después de todo la música sigue siendo esto. La música lo es todo.