LOS DISCOS DE LA SEMANA

Crítica de 'Beneath the eyrie', de Pixies: bajo el peso de la leyenda

The Pixies, en una imagen promocional de 'Beneath the eyrie'

The Pixies, en una imagen promocional de 'Beneath the eyrie' / periodico

Jordi Bianciotto / Roger Roca / Juan Manuel Freire / Ignasi Fortuny

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Las circunstancias que propician la creatividad musical no son trasladables en el tiempo, y más aún cuando hablamos de una banda de cuatro miembros, ecuación con tantas variables de por medio. Hace 26 años que Pixies se disolvieron, y en su segunda vida, del 2003 en adelante, han ido respondiendo a otros impulsos: a la dinámica del ‘revival’ primero, y luego al intento de construir obra nueva a la altura de la leyenda.

Hablamos de un grupo clave, inspirador álgido del imaginario ‘indie’ e influyente en todo aquel que, como Kurt Cobain, se metiera entre ceja y ceja la misión de hacer de nuevo del rock un artefacto excitante. Pixies nos hicieron perder la chaveta con sus canciones dislocadas, con su debilidad por la ufología, la extravagancia, el sexo y la religión, y su mezcla de furia y sensualidad, con el ‘groove’ y las vocecitas de Kim Deal como inquietantes contrapesos del ego creativo de Black Francis.

La teoría y la práctica

Y, bien, en este tercer disco de su segunda vida, algunos de aquellos ingredientes vuelven a estar ahí (aunque Deal se diera a la fuga y ocupe su plaza Paz Lenchantin), pero, si bien el grupo conoce toda su teoría de cómo construir una canción de Pixies, las condiciones para hacerla posible no son las mismas. Por eso ‘Beneath the eyrie’, aun siendo un disco notable, no puede mirar de tú a tú a monolitos como ‘Surfer rosa’ (1988) o ‘Doolittle’ (1989).

Con todo, estamos ante una obra que desprende cierta aura desde su propio título: debajo del nido de las águilas, o cerca de él, está la iglesia de finales del siglo XIX, situada en Woodstock, a las afueras de Nueva York, donde el grupo ha grabado el disco. Sesiones hibernales, entre capas de niebla y con un ambiente de película de terror canónica, ha explicado Black Francis. Es posible que todo ello haya transferido cierta oscuridad gótico-rural a canciones como ‘This is my fate’ o ‘Los surfers muertos’, esta entonada por una sombría Lenchantin.

Pero ‘Beneaththeeyrie’ tiene más colores y ofrece canciones consistentes como ‘In the arms of Mrs. Mark of Cain’ o la más radiante del paquete, ‘Catfish Kate’: el bajo que trota en solitario, la cortina de guitarra de Joey Santiago y sus punteos impresionistas, y el estribillo que estalla dejando a su paso un halo de emoción. Arquitectura Pixies intachable, conviviendo con temas que parecen más propios de un álbum de Black Francis en solitario, como ‘On craveyard hill’ o ‘Long rider’. Material al que podríamos dedicar adjetivos que, cuando se aplican a quien ha firmado cumbres universales, pueden resultar ofensivos: digno, sólido, profesional. Es lo que hay.  JORDI BIANCIOTTO


OTROS DISCOS DE LA SEMANA

No mucho después de 'Vessel', la siempre inspirada Greta Kline regresa con más canciones pop breves pero inmensas. Como en el anterior, abundan los giros curiosos (energía que decrece en lugar de crecer, estribillos no repetidos) y las letras sobre ese momento de la veintena en el que el futuro ya no parece un horizonte de progreso. JUAN MANUEL FREIRE

Cejas arqueadas: grupo barcelonés que suena a la vez épico y refrescante fundiendo aparatosidad rock (injertos ‘kraut’, guitarras dobladas metaleras) con un arrollador instinto pop. Todo ello, envuelto en imaginería histórica, arañando el presente con metáforas sobre la heráldica y los cuellos isabelinos. Emocionante y turbador. JORDI BIANCIOTTO

Hubo un tiempo en que nos fascinaba la idea de si las máquinas podrían ser como nosotros. Giuliana, batería de matemática precisión, se pregunta lo contrario: cómo incorporar lo digital a la experiencia humana. Ritmos hechos a mano que parecen electrónicos, teclados de texturas sugerentes, 'grooves' hipnóticos. Como la electrónica de los 90, ahora con tacto humano. ROGER ROCA

Joya nacida de la unión de piezas de dos de los grupos más relevantes de la música urbana en España en los últimos años, Agorazein y PXXR GVNG. Steve Lean pone las bases y el vitalista Sticky M.A. sus letras surgidas del combo sexo-amor-droga para llevar al oyente a un mundo perfectamente desordenado con la consigna de no mirar atrás. Un disco para flotar. IGNASI FORTUNY