QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Hoteles de Cine: las mejores terrazas de la ciudad proyectan filmes clásicos

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Eduardo de Vicente

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Reconozcámoslo. A todos nos encantaría pasar ni siquiera unas horas en un hotel de cinco estrellas y sentirnos tratados como reyes. Claro, que nuestra economía no suele estar dispuesta a permitírnoslo y nos quedamos con las ganas. Pero ahora hay una oportunidad para poder conseguirlo a un precio asequible de 8 euros mientras vemos una película clásica (en versión original subtitulada), contemplamos vistas espectaculares de Barcelona y tomamos una copa de vino. Y tampoco faltan las imprescindibles palomitas. Esta es la oferta Hoteles de Cine que se inicia hoy y que se celebrará todos los jueves durante dos meses organizada por las bodegas Jean Leon y la revista Time Out. Recomendamos adquirir las entradas lo antes posible porque se agotan rápidamente y llegar un rato antes para poder disfrutar las panorámicas de la ciudad.

Hitchcock y James Dean

El primero en apuntarse a la iniciativa es el Pullman Barcelona Skipper (avenida del Litoral, 10), con una terraza con preciosas vistas al mar. Allí se proyecta hoy una obra maestra de Hitchcock, Vertigo (1958). James Stewart es un policía que padece esta situación y, tras un suceso, decide abandonar el cuerpo. Un antiguo amigo le contrata para que siga a su mujer (Kim Novak) que se comporta de una manera muy extraña. A medida que va conociéndola, el detective se va enamorando de ella hasta convertir su amor en algo casi enfermizo. Fue injustamente maltratada en su momento por la crítica norteamericana, aunque con el tiempo se ha convertido en un clásico imprescindible y ha sido considerada como una de las mejores obras de su autor. Cabe destacar la deliciosa banda sonora de Bernard Herrmann, los títulos de crédito iniciales, la iluminación de Kim Novak, de la que parece emanar un aura, o el efectivo trucaje realizado para transmitir la sensación de vértigo. Una gran película que ha ido ganando con los años y que ahora, más de medio siglo después, sigue seduciendo a nuevos espectadores.

La siguiente cita es el jueves 27 en el NH Collection Constanza (Déu i Mata 69-99) en la Illa Diagonal, que presume de tener una terraza lujosa decorada con elegancia y sofisticación. Allí se proyecta Al este del Edén (1955), el filme con el que James Dean empezaría a ser encasillado en el papel de rebelde. Es un muchacho que se siente marginado porque su padre siempre ha mostrado su predilección por su hermano quien, además, es novio de la chica a la que siempre ha querido. El joven intenta ayudar a su progenitor para intentar ganarse su confianza, pero al menor problema vuelve a ser atacado por su familia. El chico descubre que su madre, contrariamente a lo que pensaba, no está muerta, por lo que decide buscarla. Este drama estaba basado en una novela de John Steinbeck con referencias bíblicas: una parábola sobre el bien y el mal en la línea de Caín y Abel. Sus otras dos películas (Rebelde sin causa y Gigante) y su prematura muerte acabaron transformando al actor en todo un mito.

De la Costa Azul a Hollywood

Julio empezará en el Hotel Arts (Marina 19-21), donde se alojan los famosos cuando vienen a Barcelona. Podremos ver el mar desde una perspectiva privilegiada y mirar desde arriba el pez olímpico de Gehry. El día 4 proyecta otro Hitchcock, Atrapa a un ladrón (1955), que combina intriga y comedia con un especial tratamiento del color. Cary Grant es un veterano ladrón de joyas que se convierte en sospechoso de una serie de robos en la Riviera francesa. Para limpiar su nombre decide buscar al culpable. En su camino tropieza con una heredera (Grace Kelly) que se siente atraída por su insólita profesión. Fue rodada, principalmente, en Cannes y otros lugares de la Costa Azul. Durante la filmación, la actriz conoció a Rainiero de Mónaco y, posteriormente, se convertiría en su esposa. En 1982, Grace Kelly fallecería en un accidente de coche, casualmente, el mismo lugar donde rodaron una persecución y la escena del picnic.

El Renaissance (Pau Claris, 122) destaca por su terraza con madera de teca que le da una calidez especial y, desde allí, puede verse el centro de la ciudad. El 11 de julio programan la obra cumbre de Billy Wilder, El crepúsculo de los dioses (1950), una ácida visión del Hollywood mítico. Gloria Swanson es una antigua diva del cine mudo que quiere volver a la pantalla y para ello contrata a un joven escritor (Wiliam Holden) con la intención de que retoque un guion para su regreso. Desde el memorable y sorprendente plano inicial, el filme te sumerge en la época dorada del cine pero también muestra sus miserias, sus juguetes rotos, su egolatría y su crueldad. Obtuvo tres de los 11 Oscar a los que aspiraba y destaca por la presencia, en dos papeles secundarios pero muy importantes, de dos genios del cine: el director Erich von Stroheim, que interpreta al criado de la actriz, y el cómico Buster Keaton, aquí mucho más serio.

Elizabeth Taylor en la Costa Brava

Llegamos al 18 de julio, en que visitaremos el Sykbar Iberostar (plaza de Catalunya, 10), más céntrico, imposible. Desde su balcón se divisan, no solo las calles cercanas, sino también la Sagrada Familia o el mar. La escogida para esta noche es una película polémica, De repente, el último verano (1959) firmada por Joseph L. Mankiewicz, un director que basaba su trabajo en el texto y los buenos actores. Tennessee Williams era uno de los dramaturgos más asiduos en el cine, aunque sus escabrosos temas no siempre eran adaptados íntegramente. Williams se aseguró la fidelidad al original firmando el guion y el realizador buscó un reparto de excepción: Elizabeth Taylor, Katharine Hepburn y Montgomery Clift. Se centra en una mujer que ha sufrido un shock y es internada en un centro psiquiátrico. Su tía cree que la chica sufre alucinaciones e intenta convencer a un médico para que la opere. Pero el cirujano cree que sus visiones pueden ser reales. Este duro drama fue rodado, parcialmente, en la Costa Brava, donde causó sensación el bañador de Taylor.

El debut de Audrey Hepburn

Nuestro recorrido finaliza el 25 de julio en el Fairmont Rey Juan Carlos I (Diagonal, 661), cuya terraza es como un oasis, rodeada por palmeras y césped y culminada por una pérgola central. Allí podremos ver la deliciosa Vacaciones en Roma (1953) que marcó el debut como protagonista de un ángel del cine, Audrey Hepburn, que compartía cartel con Gregory Peck y, ambos, a las órdenes de William Wyler (Ben-Hur). Es una joven princesa que ha vivido siempre encerrada en la corte de su pequeño país. La chica aprovecha unas vacaciones en la capital italiana para escaparse y hacerse pasar por otra persona. Un periodista la descubre y sigue sus pasos con la intención de conseguir una exclusiva, pero acaba enamorándose de ella. Durante esos días se verán también obligados a huir del acoso de la policía y de los que velan por la seguridad de la muchacha. El filme retrata los rincones más emblemáticos de la capital italiana: la Fontana de Trevi, el Coliseo, las plazas de España, del Panteón, de la Rotonda, de Venecia y de la Boca de la Verdad, entre otros, y obtuvo tres Oscar (actriz, vestuario y guion). Un excelente colofón para unas noches de lujo.