RING LITERARIO

Pablo Neruda contra Vicente Huidobro contra Pablo de Rokha

Tres poetas comunistas chilenos desperdician los mejores años de sus vidas (y las nuestras) desollándose en público, de los años 30 hasta el Mas Allá.

El poeta chileno Pablo Neruda, en 1956,

El poeta chileno Pablo Neruda, en 1956, / periodico

Kiko Amat

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Vicente Huidobro era pijo y repelente. Pablo De Rokha tenía trescientos cuarenta hermanos y aspecto de administrar gulags. Pablo Neruda era un pichabrava que, pese a su extenuante agenda genital, iba por el mundo con rictus de tapir afligido. Los tres poetas, chilenos y comunistas, compartían propensión a los celos de ESO y la chismorrería verdulera.

Huidobro y De Rokha empezaron con un centras-y-cabes contra el chaval triste de la papada cimbreante, que les irritaba por “romanticón y azucarado”, y supongo que también por la algarabía priápica que regía su existencia. Su corredor de Danzig particular fue el plagio. El jocosamente bautizado Volodia Teitelboim, 'homie' de Huidobro, descubrió que en 'Veinte poemas de amor…' había un calco descarado de Tagore. Se sucedieron los artículos de mofa y ultraje a Neruda, primero anónimos ('El Justiciero'), después firmados.

Huidobro dijo que la poesía de Neruda era “una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero”. 'The Rock' se sumó con: “Neruda es el poeta de lo turbio y lo pegajoso y lo vago y lo agonizante del ser (…), el poeta de los fermentos y los estercoleros del espíritu y la literatura”.

Neruda, a quien esos dos estaban fastidiando el mete-saca lacrimógeno, la devolvió con “Aquí estoy”, una mezcla de amenazas apopléjicas de borracho con video de los hermanos Gallagher de after: “Os mato / Os mato con espumas y sacrificios / Os meo / Envidiosos, ladrones / HIJOS DEL HIJO DE LA SUEGRA DE LA PUTA”. Es imposible no leer estas líneas sin echarse la mano a la cara y mirar por entre los dedos, como hacíamos de niños cuando salían tetas por televisión.

Huidobro contestó con una carta en la que hablaba de él en tercera persona, igual que un futbolista enajenado. 'The Rock', aprovechando el desconcierto, hincó su daga de Iznogud en aquella incauta chepa con 'Carta al poeta Vicente Huidobro': “casi me da lástima tu estilo incoherente (…) y ese tono francamente tonto de aristócrata que da consejos (…) con tus cacareos de espadachín en falencia, y tu dudosa hombría…”.

La sangre desbordaba el río marxista, así que se puso en marcha una mediación estilo Cascos Azules. La Asociación Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura trató de separarles en mayo de 1937, con una carta (firmada por Tristan Tzara, poca coña) en que les decía va-a-a, tíos, daros la mano.

No solo no se la dieron, sino que escupieron en el ojo del otro, que diría Morrissey. De Rokha, tras treinta años de veneno y rencor, aún lanzó un último (e inacabable) poema anti-Neruda: “¡Es tan abyecta tu actitud marrana! / y es tan de amoral tu ejecutoria... / ¡debiste ser hijo de puto y rana!”.