'Sauvage': prostitución gay a pie de calle

La primera película de Camille Vidal-Naquet es el retrato íntimo y audaz de un prostituto gay y de algunas de las crueles realidades derivadas de su trabajo. Pese a ellas está claro que Léo (Félix Maritaud) no se ofrece por dinero; le gusta lo que hace, y en cada nuevo encuentro anónimo ve una posibilidad de encontrar empatía y ternura. Eso, en todo caso, no significa que 'Sauvage' ofrezca una visión ingenuamente romántica del trabajo sexual, o que lo embellezca o sentimentalice; no lo hace.

Del mismo modo, tampoco recurre a la carta del miserabilismo a pesar de que su protagonista tiene aspecto permanente de enfermo, experimenta episodios terribles de tos y es agresivamente adicto a la cocaína y otras drogas. Y cada nueva interacción le hace perder una parte más de su integridad física, aunque al mismo tiempo agrava su necesidad desesperada de conexión humana.

Mientras observa ese proceso, Vidal-Naquet mantiene la cámara cerca del cuerpo de Léo y de los de los diversos hombres que solicitan sus servicios. 'Sauvage' contiene muchas secuencias que nos lo muestran con claridad participando con sus clientes en actos sexuales de todo tipo -felaciones, penetraciones, juegos con artilugios- sin caer en el voyerismo. Al presentar su trabajo simplemente como una faceta de su vida ahuyenta prejuicios en relación tanto al sexo gay como a la prostitución; y si por un lado no pasa por alto los problemas a los que esta última puede conducir, tampoco olvida la fraternal sensación de comunidad que ayuda a generar.