CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Alguien especial': dos (buenas) películas en una

Jennifer Kaytin Robinson alterna hábilmente entre comedia y drama en esta inspirada apuesta de Netflix

Un fotograma de 'Alguien especial'

Un fotograma de 'Alguien especial'

Juan Manuel Freire

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El debut en el largo de Jennifer Kaytin Robinson, creadora de la serie 'Sweet/Vicious', comparte título original con una maravillosa canción de LCD Soundsystem sobre aceptar la muerte de un ser querido. En la película no fallece nadie, pero tres amigas neoyorquinas deben lidiar con otras formas de pérdida: Jenny (Gina Rodriguez) corta con el novio al que quiso (Lakeith Stanfield) durante nueve años; Blair (Brittany Snow), con un tipo al que nunca ha querido tanto, y Erin (DeWanda Wise), con esa versión de sí misma que no acepta el compromiso a largo plazo. Las tres, además, han de aprender a vivir lejos unas de las otras, porque la periodista musical Jenny ha encontrado trabajo en la redacción de 'Rolling Stone' en San Francisco.

'Alguien especial' reúne un poco dos películas en una: en esencia, es una comedia relajada con personajes que lidian con la madurez o la evitan, pero nunca se acaba de alejar del drama romántico sobre el auge y caída de una pareja. Esto último se presenta en forma de insistentes flashbacks, lo que puede recordar a 'Blue Valentine'; y no, Rodriguez & Stanfield no tienen nada que envidiar en intensidad interpretativa a Williams & Gosling. Que las dos partes del filme no se entorpezcan mutuamente, o puedan incluso congeniar, habla de Robinson como una guionista y directora a tener en cuenta, aunque no todos los chistes funcionen igual de bien, ni todas las subtramas tengan el mismo interés.

Lo mejor que puede decirse de 'Alguien especial' es que recoge el testigo de 'Girls''Broad City' e 'Insecure', comedias (televisivas) con amplio margen para el drama que han sabido retratar a la mujer 'millennial' y la fraternidad femenina en todo su complicado esplendor, su gloriosa imperfección. Como en aquellas series, por cierto, la selección de canciones es impoluta y cumple fines narrativos, sobre todo en ese resumen digital de una relación al apropiado son del 'Supercut' de Lorde