FENÓMENO EN FRANCIA

Infancia, ¿pura o malvada?

La francesa Sandrine Destombes indaga en la relación de poder entre adultos y niños en el 'thriller' psicológico 'El doble secreto de la familia Lessage'

La escritora francesa Sandrine Destombes, en Barcelona.

La escritora francesa Sandrine Destombes, en Barcelona. / periodico

Anna Abella

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“Los niños representan todo lo que es puro, bonito y bello, son nuestro refugio, no queremos ver que en ellos puede haber cosas malas. Hay niños que nacen malos y no podemos hacer nada por salvarlos porque no hay nada que permita establecer un vínculo con ellos. Un niño malo es aquel que hiere o hace daño no por rabia o frustración sino por el puro placer de hacer daño”, reflexiona la autora francesa Sandrine Destombes (1971), basándose en estudios de psicología infantil a los que acudió para escribir ‘El doble secreto de la familia Lessage’ (Roja&Negra / Rosa dels Vents), efectiva mezcla de novela enigma y ‘thriller’ psicológico que busca “desestabilizar al lector”. Porque para ella, afirma, el género negro “llega a lo más profundo del alma” y debe “permitir hacer una catarsis sobre uno mismo y sobre los miedos que tenemos”.  

Con esos mimbres, la autora ha armado su quinta novela, que se ha convertido en un fenómeno en Francia tras ganar el premio VSD RTL, un singular concurso donde los aspirantes cuelgan capítulo a capítulo y son votados por los lectores. La trama se ancla en 1989, cuando dos mellizos de 11 años desaparecen en un pequeño pueblo. Días después hallan el cadáver de la niña, con un vestido blanco y una corona de flores en la cabeza; del niño jamás se supo. 30 años después, en el mismo lugar desaparecen más niños.   

Depresión y suicidio

Destombes, lectora de James Ellroy, Fred Vargas, Henning Mankell y Antonio Manzini, y que aboga por la novela negra social –«me parece más profunda, te hace pensar»– descubrió cifras sorprendentes sobre depresión infantil y suicidios. “No es por temas escolares sino por la vida misma. Se sienten acosados, manipulados o martirizados por adultos que tienen una relación de poder sobre ellos. No crecen igual por esos tramas de la infancia”. La depresión también se ceba en los padres. “Cuando muere un hijo no puedes aceptarlo porque no se puede volver atrás, no hay nada peor. Y cualquiera puede identificarse con ellos”.

Amarillismo de los medios

Lamenta la autora el amarillismo de algunos medios de comunicación ante estos casos. Algunos la influenciaron cuando empezaba a escribir. “Hace 35 años, en Francia, encontraron un niño desaparecido atado y ahogado. Todo el país pudo ver las imágenes del cadáver mientras lo sacaban del río. Un medio difundió información sobre un sospechoso y el padre del niño le disparó con una escopeta creyéndole el culpable. Aún se recuerda porque es un tema no resuelto”. 

Transita también la historia por temas como el amor destructivo. “El amor es el único sentimiento por el que vale la pena vivir. Pero al amar te entregas y das tu confianza a alguien, te quedas sin armas, y es entonces cuando más te pueden hacer daño, herir y destruir”. 

A Destombes, que acaba de publicar en Francia su sexta novela, donde da una vuelca de tuerca al tema del MeToo, le gusta “experimentar y jugar” con la escritura. “Me gustan los puzles y escribir novela negra es como montar uno, ver si todo encaja con lógica”. Intenta, además, sorprenderse a sí misma: “Escribo sin saber adónde voy. Por la noche me voy a la cama con dos o tres posibilidades para acabar un capítulo. Por la mañana decido cuál elijo. No escribo para los lectores porque lo haría aterrorizada. Lo que le gusta a uno a otro no. Hay tantas lecturas posibles como lectores”.