Kim Lenz & Mario Cobo, contagiosa hermandad del rock and roll en Badalona

Haber llegado hasta la 30º edición como festival de pequeña escala, noble historial y elevado criterio bien merecía un festín como el de este viernes en el teatro Principal: un doble cartel de "intensidad elevada", anunció el codirector del Blues & Ritmes, Guillem Vidal, con vistas a las esencias del rock and roll originario y a la música americana en su acepción más expansiva, a cargo de Kim Lenz & Mario Cobo y Los Mambo Jambo Arkestra.

La californiana presenta largos vínculos tanto con músicos de nuestra escena como con el mismo festival, así que se la vio como en casa presentando, con Cobo y su banda, y en primicia internacional, su flamante ‘Slowly speeding’. Una obra en la que, como insinúa su título (‘acelerando lentamente’), matiza sus impulsos rockabilly más canónicos abriéndose a la balada enrarecida y envolviéndose en cierto oscurantismo gótico con reflejos ‘lynchianos’. De ahí salió el ritmo pesado y un poco siniestro de ‘Bogeyman’, que abrió la noche.

La sombra de la muerte

Detrás del giro de ‘Slowly speeding’, que la acerca a la profundidad de un Johnny Cash y la aleja del ‘revival’ de género, no hay postureo sino experiencias dolorosas como la muerte de amigos y colaboradores: de Nick Curran (2012) a la reciente de Scotty Tecce, el que fuera batería de su banda The Jaguars. A él le dedicó ‘Deejay’, recordando que la acompañó "la otra vez en Badalona", ocho años atrás.

Lenz introspectiva pero también salvaje, presumiendo de voz exuberante con puntas histriónicas, arrollando en el rock and roll de ‘Tumble and fall’ o ‘That’s the breaks’. Trovadora del pantano o reina del rockabilly, cubrió todos los registros bien cubierta por el exquisito juego de guitarras de Mario Cobo y Daniel Álvarez, el contrabajo de Alfonso Alcalá y la batería de Blas Picón, y tocó techo con el espasmódico grito de guerra de ‘Cry wolf’.

El 30º aniversario del festival se fundió luego con el 10º de Los Mambo Jambo, el grupo de Dani Nel·lo, que el pasado otoño se convirtió en Arkestra, con 11 músicos más ataviados con antifaces y sombreros turcos en un guiño a la tropa de Sun Ra. Celebración con tragos largos de rhythm’n’blues y swing latino para cerrar la noche, de ‘La maldición de los rockers’ a ‘Carrera de ratas’, ahí con Cobo (exmiembro del grupo), escenificando una poderosa hermandad del rock and roll.