Albert Quesada, danza contemporánea con alma jonda

Tras un primer fin de semana a tope de danza tras la inauguración de la Quinzena Metropolitana, continúan llegando potentes propuestas nacionales e internacionales a Barcelona y otros ocho municipios metropolitanos. A partir de este jueves, en el Mercat recala otro montaje incluido en la Quinzena, 'Flamingos', obra del inquieto coreógrafo Albert Quesada, obsesionado con sacar la danza contemporánea de "esa pecera donde a veces se ha colocado". Es la primera producción propia del Mercat de les Flors esta temporada, que competirá estos días con un amplio abanico de propuestas de signo distinto, de calle y de sala, que inundarán el área metropolitana con espectáculos y actividades de calidad hasta final de mes.

La Quinzena ha arrancado con fantásticos resultados el primer fin de semana: 15.000 espectadores, 7.000 en espectáculos de sala y 7.000 en los espectáculos de calle. La media de asistencia ha sido del 80% en sala con éxitos rotundos con localidades agotadas en espectáculos como el del iconoclasta Israel Galván que atrajo a mucho público barcelonés al Teatro Zorrilla de Badalona para ver su particular versión de ‘El amor brujo’, que interpretó transformado en hechicera. También la afinada versión de ‘Carmina Burana’ de Maria Rovira en Sant Cugat y ‘Éxodo’ de Iván Góngora en L’Hospitalet triunfaron. Este último, por cierto, presenta este fin de semana otro espectáculo, ‘El novio’, y también se mantienen las propuestas itinerantes al aire libre como ‘Hippos’, propuesta de Zum-Zum Teatre que está arrasando entre el público familiar y ‘Block’, sorprendente espectáculo de circo y danza para todos los públicos de los ingleses Motionhouse & NoFit State.      

Una rara avis

Pero volvamos a Quesada, creador local asociado al Mercat nacido en Barcelona en 1982 con dilatada carrera internacional que trabaja entre Bruselas y Barcelona. Su nueva creación 'Flamingos' promete ser tan original como el camino seguido por este coreógrafo que llegó a la danza tras estudiar Filosofía e Ingeniería Multimedia en Barcelona. Se formó en la escuela PARTS de Bruselas (2004-2008) y la Hogeschool voor de Kunsten (Escuela Superior de Artes, MTD, 2003-2004) de Ámsterdam. Es un colaborador habitual de la compañía ZOO–Thomas Hauert y también ha trabajado con Benjamin Vandewalle.

"Me interesa trasladar a la danza contemporánea la claridad, la intensidad y el ritmo del flamenco"

Albert Quesada

— Coreógrafo y bailarín

Interesado en la conexión entre música y danza, así como en acercar la contemporánea a un público amplio, en ‘Flamingos’ intenta trasladar el espíritu del flamenco a la danza contemporánea, algo que ya empezó a indagar en ‘UnDosTresUnDos’. “Aquel espectáculo era más íntimo. Solo estábamos dos bailarines en escena, con el público muy cerca, en un escenario pequeño intentando recrear la magia que se crea en un tablao”.

Entonces cruzó música flamenca y danza contemporánea. ‘Flamingos’ no se nutre tanto de la voz y la guitarra y tiene otra dimensión mucho mayor. Cuenta con ocho bailarines: Blanca Tolsá, Eliott Marmouset, Mario G. Sáez, Miquel Fiol, Katie Vickers, Laila Tafur, Víctor Pérez Armero, Viktoria Andersson. "Ninguno ha estudiado danza flamenca, no era lo que buscaba", aclara.  Aunque una de las elegidas, originaria de Granada, sí tiene conocimientos musicales del género.

“Me interesa trasladar a la danza contemporánea la claridad, la intensidad y el ritmo del flamenco”. Quesada busca esa conexión espontánea, directa y natural que se produce en el flamenco utilizando otro tipo de parámetros. Un encaje original y difícil donde juega con una estética pop y músicas de diferentes estilos combinándolo todo con total libertad. 

Curioso mix musical

El coreógrafo pidió a los bailarines que aportaran al espectáculo canciones que les impulsaran a bailar, ritmos ante los que les fuera imposible quedarse quietos. La banda sonora sorprenderá. Hay desde canciones de Elton John a temas de Whitney Houston. ¡Hasta un aria de ópera interpretada por Maria Callas! La propuesta tiene mucho de juerga, de liberación y de celebración. "'Flamingos' es el resultado de colocar a Carmen Amaya en medio de una escena de John Waters, en la que el impulso del flamenco se mezcla con el imaginario pop", resume el coreógrafo. “Vamos más allá de la estética flamenca pero hay una conexión con ese género. Nos centramos en la manera de comunicar del flamenco, en esa forma de mirar al público, de cerrar las frases y de improvisar”. Y añade: “Cuando ves un espectáculo flamenco no te paras a pensar lo que ves. Te dejas llevar. Eso es lo que persigo”.

No hay una historia, ni una trama que ligue las diferentes escenas pero sí una evolución, "un viaje", explica. Hay un trabajo de cuerpo, de ritmo, de relación con la música y de voz en una dinámica que contrapone el individuo frente al grupo. “Siempre me ha interesado cómo se puede apoyar a otro, una idea en la que profundizo combinando solos y movimientos grupales”.

"Me interesa destacar la singularidad de cada bailarín pero también necesitamos conectar, como ocurre con los flamingos cuando vuelan en grupo, y hemos desarrollado un lenguaje común"

Albert Quesada

Cada intérprete es un flamingo, un ave particular con sus propia personalidad y movimiento. “Cada bailarín cuenta con un background distinto y hay gente de diferentes culturas. Me interesa esa destacar esa singularidad pero también, como ocurre con los grupos de flamingos cuando vuelan, necesitamos conectar y hemos desarrollado un lenguaje común que nos identifica”.

Para Àngels Margarit, directora del Mercat de les Flors, 'Flamingos' es un proyecto importante para impulsar coreografías de formato mediano y grande poco habitual entre las compañías catalanas, algo que la responsable del Mercat intenta promover mediante el proyecto Célula.  Más allá del público de  la Quinzena metropolitana, 'Flamingos' aspira a conectar con los programadores internacionales que asistirán al estreno.