QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Todo lo que siempre quiso saber sobre la marihuana y el cáñamo

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Eduardo de Vicente

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Si empezamos diciendo que hoy hablaremos del cannabis y la marihuana más de uno alucinará. Que nadie lo flipe más de lo necesario, no va de coffee shops ni nada por el estilo. Y es que, aunque muchos lo ignoren, en Barcelona hay un museo dedicado a descubrirnos todo lo que queríamos saber sobre el cáñamo y no nos atrevíamos a preguntar. Es sorprendente y educativo. Por ejemplo, ¿cuántos sabemos que sin el mismo, Colón no hubiera descubierto América? No, no se trata de que los Pinzones fueran fumados, es que muchas de las herramientas o el mismo barco estaban elaboradas en parte con él. O qué es lo que realmente llevaba la pipa de Popeye. ¿Curioso, no? Pues este solo es el inicio.

El entorno en el que está ubicado el Hash Marihuana & Hemp Museum sí que es alucinógeno. Se trata del Palacio Mornau, una joya construida a finales del siglo XV por lo que conserva un aroma clásico y que fue restaurado a principios del siglo XX por el arquitecto Joaquim Raspall, lo que lo convierte también en un ejemplo del modernismo catalán. El empresario holandés Ben Dronkers lo descubrió en 2002 y encargó una larga reforma para convertirlo en la réplica barcelonesa del museo que regenta en Amsterdam y que acaba de cumplir 35 años, mientras que el nuestro tan solo tiene 7.

Un palacio histórico y la presentación de la planta

Tras subir las escaleras, en el vestíbulo se nos muestra la historia del palacio mediante esquemas y documentos, además de sorprendernos dos grandes carteles de películas sobre el tema: la norteamericana Mary Jane (1968), poco conocido filme de serie B, y la francesa Cannabis (1970) con los creadores de la canción erótica Je t’aime, moi non plus, Serge Gainsbourg y Jane Birkin. Aquí también encontraremos la reproducción de un libro de piedra en el que está escrita la palabra "cáñamo" en varias lenguas antiguas como el sánscrito.

La siguiente sala está dedicada a la botánica, a presentar la planta, una de las primeras que cultivó el hombre. Allí, mediante libros, fotos e ilustraciones, se explica el tratamiento que requiere y nos ayudan a comprender cómo se convierte en marihuana o hachís y lo que ha supuesto en distintas civilizaciones. El espacio a continuación se llama Antiguos maestros y muestra pipas de fumar de todo tipo de culturas bien sean africanas, europeas o asiáticas. Está la clásica sisha pero también otras que parecen pequeñas esculturas repletas de detalles, todas ellas mostradas en unas vitrinas de madera en las que también hay que fijarse. Hay cuadros y fotos sobre el transporte de esta planta o las casas de fumadores, uno de ellos de David Teniers, coetáneo de Rembrandt. Y lo más inesperado, una armadura de samurái, ya que del cáñamo se extrae una fibra muy resistente que se utilizaba para estos trajes japoneses.

Su utilidad industrial ayer y hoy

Para seguir podemos descansar un poco en un patio azul con sillas y mesas donde hay libros y revistas para consultar sobre esta temática e informarnos más. Entramos ahora en el apartado sobre la industria dividido en dos sectores: tradicional y el contemporáneo. Allí conocemos la gran importancia que tuvo en la náutica, en el descubrimiento de América en utensilios y también en cartas navales, hay reproducciones de las carabelas pero nos revelan un detalle que es poco conocido y es que también podemos ver ramas de esta planta en el monumento al navegante que se encuentra al final de las Ramblas. 

Se muestra un telar y nos explican que también sirve para fabricar todo tipo de ropa, desde los primeros tejanos a una clásicas espardenyes, unas bambas Adidas o un zapato Louis Vouitton, que fue utilizado por Henry Ford para las carcasas de sus primeros coches y que se utiliza en aceites, papel,  ladrillos o aislantes. Y se proyecta un documental norteamericano de la segunda guerra mundial que destaca el beneficio que está suponiendo esta industria para el conflicto bélico.

Espiritualidad y cultura

Cambiamos de tema y nos centramos ahora en su aspecto más espiritual y cultural, cómo fue adoptado por distintas religiones, no solo el hinduismo. Desde un cuadro del siglo XII en el que Jesús cura a un ciego y al fondo vemos la imagen característica de la planta hasta detalles tan curiosos como un tratado sobre la planta escrito por el filósofo Walter Benjamin, un fragmento shakespeariano donde se la menciona e incluso el Club de Hachichins, el primer grupo canábico formado por escritores tan ilustres como Baudelaire, Alejandro Dumas, Balzac o Victor Hugo.

Popeye, el marino fumeta

Precisamente el mundo de la cultura es nuestro próximo destino donde vemos que no solo se asocia el cannabis con Bob Marley y Jamaica, también era habitual en el jazz con nombres tan respetados como el de Louis Armstrong o personajes aparentemente inocentes como Popeye. Y es que el popular marinero animado no solo obtenía una gran fuerza comiendo espinacas, también las fumaba en pipa. Pop Eye quiere decir "ojo saltón" y el bote era el argot utilizado para el cannabis. Otros elementos divertidos: un juego de mesa (The cultivation game), un parche para la ropa donde se utiliza la M de una popular hamburguesería para dar un mensaje procannabis, una baraja de cartas o un cuadro psicodélico. Aquí también hallaremos posters y fotos de las comedias fumetas de Cheech y Chong, muy populares en los 70 con títulos como Vendemos chocolate o Como humo se va pero también de los que lo consideraban un elemento nocivo como Lujuria de marihuana o Marihuana, título en algunos países de Europa de El gran Jim McLain con ¡John Wayne!

A favor y en contra de la prohibición

Y es que en 1937 llegó la prohibición promulgada por el responsable de narcóticos norteamericano Harry J. Anslinger y a este momento histórico está destinada la siguiente habitación. Se consideraba que era una sustancia utilizada por hispanos, negros y gente del jazz y pretendían demonizarla mediante una gran campaña propagandística con películas y novelas baratas. A continuación vemos detalles del bando opuesto, los partidarios de la legalización a lo largo del tiempo desde Lincoln al secretario de la ONU Kofi Annan pasando por Picasso. La última exposición se centra en sus efectos medicinales. Sorprende ver como los médicos recomendaban unos cigarrillos de cannabis para curar el asma o la bronquitis, ya que es un broncodilatador o unas botellitas originales del siglo XIX.

Antes de abandonar este museo, dos actividades más. Podemos (gratuitamente) hacernos una foto y enviarla a nuestro email para fingir que estamos en medio de una plantación, un invernadero o en un paisaje holandés. Y también hay que visitar la tienda en la planta inferior donde se pueden adquirir todo tipo de productos: libros sobre cocina, leche de cáñamo, aceite antiinflamatorio natural, relajante, jabones calmantes para pieles atópicas, además del habitual merchandising. Saldremos alucinados…