CRÍTICA DE CINE

'Dragon Ball Super: Broly': ruido para oyentes versados

Sus peleas, exóticas, coloridas e ilógicas, rozan la psicodelia; y el duelo final dura alrededor de 40 minutos de metraje, que son puro Shakespeare

Nando Salvà

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Contemplar la vigésima entrega cinematográfica de la saga 'Dragon Ball' sin ser miembro veterano de su entregada audiencia genera el mismo tipo de desconcierto que ir al cine en un país extranjero a ver una película local sin conocer el idioma. Por otra parte, tanto su complicadísima mitología como su escueta premisa argumental son absolutamente irrelevantes. Los fans de este superpoblado multiverso lo son sobre todo por sus peleas, tan exóticas, coloridas e ilógicas que rozan la psicodelia; y el duelo final de esta película dura alrededor de 40 minutos de metraje, que son puro Shakespeare: están llenos de ruido y furia, y no significan nada de nada.