30º ANIVERSARIO DEL CENTRO ARTÍSTICO

Tàpies en el siglo XXI

La galería Mayoral expone 11 cuadros del artista que reivindican su vigencia y proponen una relectura de su obra

zentauroepp46570934 barcelona  16  de enero 2019  arnau puig comisario de la exp190116160737

zentauroepp46570934 barcelona 16 de enero 2019 arnau puig comisario de la exp190116160737 / periodico

Anna Abella

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aunque lleva 72 años en contacto con la obra de quien también fue su amigo, Antoni Tàpies (1923-2012), el crítico de arte y filósofo Arnau Puig, último exponente y cofundador del rompedor movimiento vanguardista Dau al Set, admite, a sus 93 (cumplidos este mismo miércoles), que ver los cuadros del artista barcelonés aún sigue provocándole estremecimientos y conmoviéndole. Esas sensaciones son las que busca trasladar a la exposición ‘Tàpies hoy’, de la que es comisario y que hasta el 13 de abril reúne en la galería Mayoral 11 pinturas del creador, de medio y gran formato, en las que reivindica su vigencia en el siglo XXI

Antes su obra le transmitía una idea “de lucha o combate” pero ahora le anima a "una reflexión”, explica Puig, señalando ‘Flecha y cordel’ (1974), realizada durante un franquismo a punto de caer, y en cuya textura se entrevé lo que parece un mapa de España con unas tachaduras, que según el comisario respondía a su “necesidad de denunciar”.     

La muestra significa el inicio de la celebración del 30º aniversario de la galería, especializada en arte moderno y de posguerra, y con ella, apunta su director, Jordi Mayoral, pretende “contribuir a la relectura de la obra de Tàpies, comprometida y revolucionaria, para que el artista continúe vivo y siga generándonos preguntas”. Las obras expuestas, que proceden del fondo de la galería y de colecciones privadas, abarcan desde el año 1959, cuando el pintor ya había participado en la bienal de Venecia y la de Sao Paulo y ya se había hecho un nombre en el escaparate internacional, hasta el 2002. 

Ya desde 1954 Tàpies introduce marcas, huellas, caligrafías, objetos pegados... y evoluciona desde el realismo mágico de Dau al Set hacia una obra que apuesta “por la abstracción informal”, basada en el “colaje, la pintura, ya fuera pintada o emplastada, cualquier soporte, hijos, incisiones y grafitis”, que reflejan “el yo del autor”, señala Puig. 

Tàpies siempre intentaba “enganchar” en los cuadros objetos que apreciaba y que recordaban experiencias personales, “rechazando todo lo impersonal y neutro” porque lo que quería era transmitir “emoción”, añade. Para Puig, sus obras “cautivan y arrastran aunque no entiendas nada; porque no hay que entender: son pura expresión emocional”. Por tanto, “cualquier intento de aproximación y percepción de sus obras por parte del espectador es válido”.      

Sin pretensión de racionalizarlo, 'Materia negra sobre saco', de 1960, es un ejemplo de materia personal y autobiográfica: son dos letras T, iniciales de Tàpies y de su mujer, Teresa, unidas por el palo y que según se miren puede parecer una cara. Otro es ‘Nuat’ (1997), con una matrícula de coche. De su voluntad rompedora, en la exposición, el visitante comtempla ‘Diarios amontonados’ (1969), realizada con trozos de periódicos estrujados, rotos. Su voluntad combativa también surge en 'Díptico negro con cruces', 1988, pintada un año antes de la caída del Muro de Berlín. Semeja un muro lleno de grietas, que puede transmitir la idea del inicio del fin de algo; dos pies parecen querer saltarlo, “como huyendo de un mundo que no le gusta”, apunta Mayoral. Otras piezas destacadas son ‘Almenas’ (1959), ‘Agujeros y clavos sobre blanco’ (1968) y ‘Ocre con seis collages’ (1973).  

Paralelamente, a una calle de distancia, en la Fundació Tàpies, que ya se prepara para la conmemoración del centenario del nacimiento del pintor, en el 2023, puede verse aún hasta el 24 de febrero la muestra ‘Tàpies. Biografía política’, que indaga en los signos de militancia y compromiso presentes en sus cuadros. Sobre la fundación, Puig ha recordado que el artista “no quería un mausoleo sino un centro de investigación al estilo de la Fundació Miró”. Y, coincidiendo con el responsable de la Mayoral, ha denunciado "que en el siglo XXI, pese a ser una reconocida figura del arte, sus obras no están en grandes exposiciones” y está ausente en los museos. 

Además de ‘Tàpies hoy’, que cuenta con un catálogo con textos de los años 60 y 70 y con entrevistas de Llucià Homs a los cuatro directores de la fundación del artista (Manuel Borja-Villel, Nuria Enguita, Laurence Rassel y el actual, Carles Guerra), con motivo de los 30 años de la galería Mayoral, su director ha avanzado una programación especial que incluirá exposiciones y su participación en las ferias Arco, de Madrid, y Tefaf, de Maastricht.