CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Aquaman': el tridente de Atlantis

La película de James Wan tiene escenas visualmente horteras junto a otras muy imaginativas. No es redonda, pero es un buen jalón en la evolución vertiginosa que está sufriendo el género de los superhéroes en la pantalla

Estrenos de la semana. Tráiler de "Aquaman"  (2018)

Estrenos de la semana. Tráiler de "Aquaman" (2018) / periodico

Quim Casas

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Para quien esto firma, más fan de los cómics Marvel que de los producidos por DC, Aquaman nunca fue un personaje notable. Puestos a leer aventuras de superhéroes marinos, prefería a Namor, de Marvel. Pero los prejuicios están para liquidarlos y resulta que la película sobre Aquaman, realizada por James Wan como parte del ciclo cinematográfico de Liga de la Justicia, tiene valores más notables que algunas de las recientes entregas de Batman y Superman.

Es grave y cómica, pero nunca llega a la severidad de algunos filmes de la cosmología Marvel sobre mutantes repudiados o adolescentes en conflicto, ni tampoco ahonda en zonas oscuras como las del hombre murciélago. Tiene escenas visualmente horteras junto a otras muy imaginativas. No es redonda, pero es un buen jalón en la evolución vertiginosa que está sufriendo el género de los superhéroes en la pantalla.

Aquaman se debate entre seguir en la Tierra o reinar en Atlantis. No es mutante, es mestizo, y eso ya comporta serios problemas de identidad: su padre es humano y su madre, Nicole Kidman, es atlante. Pero Jason Momoa le quita dramatismo al asunto.

Aquí debe encontrar el tridente mágico del rey Atlan, que adquiere el significado de la espada Excalibur en el ciclo artúrico; no olvidemos que el nombre terrestre de Aquaman es Arthur. El filme tiene momentos notables como la doble pelea en el idílico pueblecito italiano o la pugna con las denominadas criaturas de la Fosa, algo así como el infierno oceánico. También hay un duelo con su némesis, pero está precedida del plano de un pulpo tocando media docena de tambores con sus tentáculos, así que nada debe tomarse en serio.