DOBLETE EN RAZZMATAZZ

Dorian, contra "un mundo gris y neoliberal"

El quinteto pop barcelonés presenta su disco más político, 'Justicia universal', que lo reafirma como uno de los grupos españoles con mayor proyección en Latinoamérica

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Jordi Bianciotto

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Dorian sube el tono político en su nuevo disco, ‘Justicia universal’, en cuya canción central advierte que “estamos cerca del final” y que no hay “nada que esperar / de un mundo gris y neoliberal”. ¿Pop electrónico para bailar mientras el mundo implosiona? “Desde el gran tortazo del 2008 vivimos una politización ‘in crescendo’, y como grupo pop que somos, de canción popular, sentimos que debemos tocar materias que estén en la calle”, explica Marc Dorian (de apellido real Gili), cantante, guitarrista y teclista del quinteto barcelonés, que actúa este viernes y sábado en Razzmatazz.

Brillos hedonistas y fondo lírico turbio o desencantado. “Ya lo hacían los del pospunk con su nihilismo bailable, y el contrapunto es una de las claves del arte”, recuerda Gili, autor de las letras, que en esa canción alude tanto a la corrupción como al cambio climático. “Queríamos advertir de que la humanidad es como el Titanic, que se acerca al iceberg mientras sigue bailando con la orquesta tocando a todo trapo”. A decir verdad, ya coquetearon ocasionalmente con estas temáticas en el pasado: ahí estaba ‘La playa bajo el asfalto’, de ‘El futuro no es de nadie’ (2006).

Un pie en las Américas

Dorian publica sus discos en siete países americanos, incluyendo Estados Unidos, y pasa tanto tiempo al otro lado del Atlántico que casi nos olvidamos de que es un grupo genuinamente barcelonés, cuya historia “no se podría entender sin la escena de finales de los 90 y principios de los 2000 en torno al club Nitsa, el Sónar o los grupos del sello Cosmos”. Entre sus primeras influencias están tanto las bandas anglosajonas como los Peanut Pie de Aleix Vergés. “O Minema”, añade la teclista del grupo, Belly Hernández. ”Somos hijos de todo eso”.

Aunque Marc y Belly, el núcleo del grupo, vivan “en un bosque de Osona, en el corazón de Catalunya”, no pueden evitar sentir a veces “una sensación de desarraigo”. México se ha convertido en su “segunda casa”, y le siguen, por este orden, Colombia, Perú y Chile. Países cuyo público conviene no desestimar: lo de desembarcar y triunfar en el acto por ser españoles es un mito. “En cada lugar ha sido empezar de cero y ponerse a trabajar. Siempre con actitud de aprender y con mucho respeto”, subaya Belly.

Cada país “es un universo” que ha requerido de una inmersión. “Nos hemos ido introduciendo a través de las escenas independientes. No únicamente para dar un concierto, sino quedándonos un tiempo, conociendo a otras bandas, colaborando y enraizándonos”, precisa la teclista. En ‘Justicia universal’ toman parte León Larregui, del grupo mexicano Zoé, y la chilena Javiera Mena, además de la cordobesa Nita, de Fuel Fandango.

Cuidar las letras ha sido “fundamental” para conectar con esas audiencias, y ahí aseguran haberse dejado influir por autores tan alejados del pop electrónico como el mexicano José Alfredo Jiménez, el rey de la ranchera. Para Marc, “el mejor letrista en lengua española del siglo XX”. Por todo ello, dedican a Latinoamérica una canción del disco, ‘Llévame’. “Un viaje emocional por lugares importantes para nosotros”, apunta. Que no cunda la alarma: las estaciones finales del periplo son Madrid (sede de su “república en un bar”) y Barcelona (“una patria con mar”).

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