polémica

Asegurar a Aina Clotet estando embarazada habría costado "una salvajada" de dinero

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Marta Cervera

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Leticia Dolera y su equipo mantienen que el criterio artístico se impuso a la hora de tomar la decisión de prescindir de Aina Clotet como una de las protagonistas de la serie 'Déjate llevar'. Porque el aspecto de la actriz, ya apalabrada cuando comunicó su incipiente embarazo, no se ajustaría al personaje, alegó. Pero Clotet ha dado otra versión en la que el motivo de fondo es económico: el coste del seguro para una embarazada disparaba el presupuesto.  

Muchas actrices han rodado películas embarazadas: Leonor Watling  lo estaba cuando hizo 'Los crímenes de Oxford' a las órdenes de Álex de la Iglesia; Ángela Molina también trabajó encinta con Gonzalo Herraldo en ‘Laura a la ciutat dels sants’. Hasta Scarlett Johansson y Gal Gadot rodaron embarazadas sendos filmes de acción. La primera, 'Vengadores: la era de Ultrón' y la segunda, ‘Wonderwoman’. “Una actriz puede trabajar embarazada mientras ella se sienta cómoda y dé el perfil del personaje”, opina Valérie Deplierre, productora ejecutiva de ‘Estiu 1993’. Es cierto, añade, que el seguro se dispara cuando se trata de una gestante, algo que preocupa a los productores. “Debería existir un protocolo claro para evitar que los embarazos se conviertan en un problema de presupuesto. El seguro a veces se ha negado a asegurar a una actriz o ha puesto una prima superalta”, señala.

Suprimido por discriminatorio

Cada caso es específico. “Para calcular la prima de riesgo hay que mirar los días de rodaje, las condiciones -si es de interior o exterior- y el número de personas que trabajan en la filmación porque hay que calcular el impacto económico que tendría que se retrasara o anulara un rodaje si el embarazo impidiera a la actriz trabajar con normalidad”, explica Josep M. Galilea, experto en seguros. Y remarca que los seguros se contratan de forma voluntaria. “No existe obligación alguna de firmar una prima extraordinaria por embarazo. Se puede rodar sin ella, no hay obligación alguna”. Recuerda, por ejemplo, que hace años cuando firmabas una hipoteca era obligatorio hacer un seguro de vida al firmante, “algo que se suprimió por ser discriminatorio”. El tema saltó a la palestra porque las compañías se negaban sistemáticamente a asegurar a embarazadas y enfermos de sida. “A consecuencia de ello se dejó de considerar obligatorio el seguro de vida al solicitar un crédito hipotecario”.

Una cosa es tener el seguro obligatorio de accidentes para los artistas, otro pagar una prima especial en caso de embarazo. ¿De qué cifra hablamos? “Es una salvajada, imposible de asumir aunque Aina hubiera destinado su sueldo a cubrirlo”, indica la representante de la artista. Lo sabe porque tanto ella como la productora de Leticia Dolera, Corte y Confección de Películas, coproductora de la serie 'Déjate llevar’ con Movistar +, estuvieron barajando esa posibilidad nada más enterarse del embarazo que Clotet comunicó en seguida, cuando estaba de un mes. “Era una auténtica barbaridad. El sueldo de Aina no cubría ni el seguro de un día de rodaje, inasumible para nadie”.

De momento los productores han tomado buena nota de ello. CIMA, la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales, ha abierto una investigación. “Queremos saber cómo funcionan los seguros en los rodajes españoles porque, evidentemente, si se disparan de manera exorbitada en el caso de las mujeres embarazadas eso supone una discriminación".

Honradez

Isona Passola, productora de filmes como ‘Pa negre’ e ‘Incerta glòria’ y presidenta de la Acadèmia del Cinema Català, espera que algo positivo salga de esta polémica, en la que no se posiciona a favor de nadie. “Las mujeres tienen muchas desventajas: la maternidad discrimina y en el caso de las actrices es un tema complicado”, dice. Passola entiende a ambas partes pero su amplia experiencia le lleva a declarar lo siguiente: “Primero, 'chapeau' por Aina Clotet por su honradez. Ella advirtió a la directora de su embarazo nada más saberlo, cuando la mayoría de las actrices callan”.

Tan cierto como que la maternidad va contra las actrices casi siempre y que “es un debate que debemos abordar”, lo es que los cineastas están acostumbrados a adaptarse a todo. “Podía haber habido buena voluntad, sobre todo por parte de la productora”, opina Passola, que no quiere entrar en disputas con nadie y acto seguido puntualiza: “Sería bueno que decir la verdad no nos fuera a la contra y que las mujeres se ayudaran más entre ellas porque ya tenemos suficiente oposición en la sociedad”.

Ocultar el embarazo

Si el problema era económico debido al coste imposible del seguro, no quedan muchas opciones para las actrices embarazadas. “A este paso lo único que conseguiremos es que callen y lleven en secreto su embarazo”, afirma la presidenta de la academia catalana. Eso es lo que se viene haciendo en muchos casos. Nadie quiere arriesgarse a perder un puesto de trabajo y un salario en un momento vital en que lo único que está claro es que habrá más gasto en casa.    

Clotet confió en que tratándose de una serie feminista y teniendo en cuenta que estaba en una fase muy inicial de su embarazo, habría tiempo para reorganizar el rodaje. Su papel, en el fondo, era el de una madre con dos churumbeles. ¿Tan perfecto tenía que ser su cuerpo? Además, la utilización de dobles para escenas de sexo o desnudos es habitual. Hay actores que se han roto un brazo y han aparecido en una película sin que se notara. Otros a quienes se les ha disimulado la barriga (y no solo de mujeres) colocando la cámara de cierta forma. Pero la productora Corte y Confección de Películas, que no ha atendido las llamadas de este diario, prefirió contratar a otra. Dolera se excusó diciendo que una mujer embarazada no cuadraba con la protagonista que buscaba: “Una mujer que reconecta con su sexualidad, que tiene bastantes escenas de sexo. Además, el diseño de vestuario va marcando más su figura y sus curvas a medida que avanza la serie”.

El declarado feminismo de Dolera ha dado una relevancia extra a la polémica. Manuel Buarque, coguinista de la serie, lanzó un comunicado asegurando que fue “imposible” cambiar el plan de rodaje para filmar las escenas donde Cristina, el personaje de Clotet, debía aparecer más sexy. Pero aquí se abre otro debate: ¿no puede ser sexy un cuerpo con más carne o una mujer embarazada? Dolera ha especificado que uno de los motivos por los que rechazó a la actriz catalana fue porque su personaje “en el primer capítulo se toma la píldora a espaldas del marido para no quedar embarazada”. Si este era el problema, ¿por qué la productora de Dolera estuvo hablando del coste del seguro con Clotet? 

Contrato no firmado

Lo cierto es que si Clotet no hubiera revelado su estado y se hubiera arriesgado a trabajar encinta sin decirlo, habría tenido más posibilidades de interpretar el papel. En el caso de Clotet se habían establecido ya unos emolumentos y unos días de trabajo. A partir de ahí empezó a colaborar con otros actores para ver si había química, pero aún no había firmado el contrato laboral. De haber tenido ese contrato firmado, Dolera quizá habría tenido que adaptarse a la situación porque despedirla hubiera supuesto un coste importante.

Como indica Andrea Leunda, abogada laboralista de la Associació d’Actors i Directors Professionals de Catalunya (aadpc): “Cuando despides a una trabajadora embarazada, el despido, en caso de que la trabajadora lo impugne ante el juzgado de lo social y acredite el estado de gestación, debería ser declarado nulo por causas objetivas y el juzgado declararía el reingreso de la trabajadora en su puesto de trabajo, así como condenaría a la empresa a abonar los salarios dejados de percibir entre el despido y el reingreso”.

Sector precario

Y añade que “en la misma demanda de despido se podría solicitar una indemnización por daños y perjuicios si se considera que ha habido discriminación por razón de sexo, porque se atenta contra un derecho fundamental”. Por otra parte, se podría denunciar la situación a Inspección de Trabajo. "Además, el convenio colectivo estatal regulador de las relaciones laborales entre los productores de obras audiovisuales y los actores que prestan servicios en las mismas estipula que si un contrato firmado se rescinde sin causa justificada antes de empezar la producción, el empresario debe pagar como mínimo un 75% del salario pactado”, explica la abogada.

Su experiencia es que el mundo del espectáculo “es un sector ya de por sí precario”. Y ahí no acaban las aventuras de las artistas: “Cobrar baja por maternidad de la Seguridad Social siendo artista trabajadora por cuenta ajena es complicado. En el caso de dar a luz sin estar dada de alta como trabajadora por cuenta ajena o en situación asimilada al alta, caso habitual ya que las actrices en estado avanzado de gestación no suelen trabajar, no se tendría derecho a acceder a la prestación de maternidad".  En cambio el otro progenitor lo tiene mucho más fácil porque no tiene que dejar de trabajar en ningún momento.