EL ANFITEATRO

Una lección sobre el 'lied' antes del 'lied'

La soprano Carine Tinney hizo un recorrido histórico en el festival LIFE Victoria

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Rosa Massagué

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¿Qué había antes del ‘lied’? ¿Dónde está el origen de la canción romántica que Franz Schubert o Robert Schumann llevaron a cotas de belleza poética y musical altísimas? El festival LIFE Victoria respondió a estas preguntas con un recital de la soprano escocesa Carine Tinney y el pianista Daniel Tarrida. La lección que ambos impartieron demostró que en los orígenes del ‘lied’ estaban los ‘Gestliche Lieder’, unas canciones espirituales que frecuentaron entre otros nada menos que Johann Sebastian Bach y su hijo Carl Philipp Emanuel Bach, y que posteriormente encontraron eco en piezas del gran catálogo de Wolfgang Amadeus Mozart y en el de Joseph Haydn. A todos ellos los intérpretes dedicaron la primera parte de su recital en la Sala Domènech i Montaner del recinto modernista de Sant Pau el día 9.

Las canciones espirituales eran composiciones muy simples, con una estructura estrófica, para que pudieran ser cantadas por una congregación religiosa durante la liturgia luterana en la lengua vernácula que en este caso era el alemán. El cancionero sagrado publicado por Georg Christian Schemelli recoge canciones de Bach con textos de diversos autores que son una declaración muy primaria de devoción y fe en la figura de Jesús. Tinney y Tarrida interpretaron cuatro de esas composiciones, entre ellas la célebre ‘Komm süsse Tod’ ('Ven dulce muerte').

El hijo de Bach, Karl Philipp Emanuel, también puso música a una colección de odas y canciones sacras del poeta de moda en aquellos tiempos, Christian Gellert, cuyos textos ya eran algo más elaborados, lo mismo que la música, como demostraron pianista y soprano en las tres canciones que interpretaron, muy distintas entre ellas.

Mozart, que compuso de todo, también escribió este tipo de canciones que nada tienen que ver, por ejemplo con sus arias de concierto, himnos o cánones. Utilizó entre otras, canciones del predicador Christoph Christian Sturm, como ‘Im Frülingsanfang’ (En el inicio de la primavera'), una de las que sonó en el escenario modernista. Bach hijo también había puesto música a  canciones de este poeta religioso lo que pone de manifestó la gran popularidad de este tipo de canciones.

Las tres piezas religiosas de Haydn interpretadas eran canciones anónimas populares. Este carácter y el haber sido puestas al final de la primera parte, después de las de Mozart, hizo que brillaran poco.

Una vez aprendido qué había antes del ‘lied’, éste llegó en la segunda parte dedicada por completo a canciones de Schubert. Incluso con sus piezas que son la cima de la canción romántica el recital mantuvo el carácter religioso porque varias de las obras también lo eran, como ‘Dass grosse Halleluja’ (‘La gran aleluya’), ‘Gott im Frühlinge’ (‘Dios en la primavera’) o el ‘stabat mater’ ‘Vom Mitleiden Mariä’ (‘Del sufrimiento de María’). Puso punto final a este recogido recital uno de los ‘lieder’ más conocidos de Schubert, ‘Im Abendrot’ (‘En el crepúsculo’)

Tinney es una soprano joven, de formación musical alemana, con una voz de timbre muy puro y facilidad para los agudos. Pese a su juventud, transmitía gran aplomo y seguridad en el escenario (luego en un aparte, con su fuerte acento escocés, diría que la procesión iba por dentro). Entre el público entendido había quien consideraba su voz especialmente adecuada para el papel mozartiano de Pamina, de ‘La flauta mágica’, papel que ya ha interpretado. Durante todo el recital hubo muy buen entendimiento entre la soprano y Tarrida que también es director del Festival Bachcelona. El recital era en realidad una coproducción entre este festival y el LIFE Victoria.

El concierto concluyó con una propina, e incluso ésta formaba parte del contenido espiritual de todo el recital. Fue Schubert y fue su famosísima ‘Ave María’, solo que, como explicó Tinney, la interpretó con los versos en inglés, en vez de la habitual traducción alemana, del escritor escocés Walter Scott. Sí, el de ‘Ivanhoe’.