CRÍTICA DE LIBROS

'Su cuerpo y otras fiestas': el terror de las hadas

Carmen María Machado trastoca géneros en la colección de relatos con la que se estrena

carmen  maria  machado

carmen maria machado / periodico

Olga Merino

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Chispeante estreno el de Carmen María Machado en 'Su cuerpo y otras fiestas', finalista del National Book Award 2017, una colección de ocho relatos donde la escritora norteamericana mezcla toda suerte de ingredientes: fantasía, ciencia-ficción, realismo mágico, terror, folclore, cuentos de hadas, teoría 'queer' e historias de la tradición oral. También leyendas urbanas (o no tanto), como el supuesto punto de sutura que reciben algunas mujeres tras un parto con episiotomía para que la vagina quede más cerrada y aumente así placer masculino durante la penetración. De ahí el título del primero de los cuentos, 'El punto de más' ('The husband stitch').

La autora, de orígenes cubanos y austriacos, se maneja bien en la experimentación formal y el erotismo intrépido: "Nunca hemos follado con tanta urgencia como en esas semanas, pero cada vez se esfuma más y siente menos. Es raro que se corra" (de 'Las mujeres de verdad tienen cuerpo', otra de las piezas más logradas del libro junto con la anterior). El sexo y la muerte, a veces en la forma de una epidemia distópica, son temas recurrentes en este análisis de la identidad femenina desde sus aristas más incómodas, con claros antecedentes literarios en Angela Carter y en la Shirley Jackson de 'La maldición de Hill House'. Machado coloca a sus mujeres en el límite del miedo, de la angustia, de los imperativos sociales, de la violencia ejercida contra sus mentes y cuerpos, a menudo autoimpuesta, como la reducción de estómago a la que se somete la protagonista de 'Ocho bocados'.

Sin embargo, el resultado es dispar. Algunos cuentos del crisol se quedan en tanteos que habrían necesitado mayor elaboración, más hondura, al tiempo que, en ocasiones, asoma en sus páginas un despliegue deliberado de los elementos que abundan en ese subgénero tan en boga, llamémosle lo femenino raro, tenebroso, epatante. Puede que la autora haya recelado de esa posibilidad, cuando escribe en 'La residente': "¿Qué es peor: escribir un cliché o ser uno? ¿O ser más de uno?". Pero quien no arriesga no gana, y Machado ha sabido apostar fuerte. La autora atesora un vendaval creativo que seguirá azotando.