Ritmos urbanos y rave en el Raval

Tomasa Del Real, Oshun y AMMAR 808 convirtieron la Rambla del Raval en una olla hirviente

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Juan Manuel Freire

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Expectación en los últimos tramos de la Rambla del Raval por la actuación de Tomasa del Real, 'tatuadora y actual estrella del reggaeton', como dice su biografía de Twitter. Tras barrer con 'Barre con el pelo', nos pidió disculpas por haber llegado fuera de hora, con prisas: "Estoy sudando; espero que ustedes también".

Pero el verdadero sudor estaba por llegar. Perreo, perreo, lo que se dice perreo (aquello que Tomasa más esperaba de nosotros, según dijo en esta entrevista), no se vio demasiado; pero contoneo y delirio, e intentos vanos de seguir el ritmo a la estrella chilena, hubo a base de bien. Todo gracias al reguetón futurista de 'Tamos ready', con esa gran melodía de sinte en staccato, o el éxito 'Vampira'; al gran pop tropical de 'Sí o no', quizá su mejor partitura, o el romanticismo embriagador (también para eso hay espacio en el neoperreo) de la famosa 'Tu señora'. Generosa, Tomasa cedió espacio en la fiesta a una Bea Pelea muy efectiva con su propia 'La gasolina' (no es versión de Daddy Yankee).

Neo-soul y electro-folclore

Esta segunda jornada del BAM 2018 en Rambla del Raval fue, ante todo, urbana y rapeada: las siguientes en saltar al escenario fueron Oshun, dos jóvenes raperas de Washington D.C. que coquetean con el neo-soul sinuoso y psicodélico de Erykah Badu. Su DJ y productor, Proda, calentó el ambiente con hits de Kendrick Lamar ('HUMBLE.'), A$AP Rocky ('Praise the lord (Da shine)') y Drake ('God's plan'), poniendo, quizá, el listón un poco alto para sus amigas.

Niambi y Thandi parecieron meterse al público en el bolsillo desde el principio, con el corte de bienvenida 'Welcome'. Poco después, el suave R&B de 'My world' (en la que se echó en falta a Jorja Smith) rebajó demasiado la tensión, y no fue hasta el tercio final de actuación que volvieron a circular claras corrientes de amor entre tablas y suelo. Un corte inédito permitió al dúo exhibir su rap más atlético, mientras que 'Stuck' ("debo aclarar mi cabeza y corazón en lugar de agarrarme al dolor") sirvió a Oshun, también a nosotros, como catarsis definitiva.

Todo acabó en una rave. O "clubbing al estilo tunecino", como presentó su propuesta Sofyann Ben Youssef, alias AMMAR 808. Decepción audible (varios "yo pensaba que…", etcétera) por la ausencia de cantantes o músicos en directo; por no haber, no había ni videojockey. Pero a muchos les bastó con el contenido de las máquinas de Sofyann: música gnaoua, targ y rai trastocada, vapuleada, por la caja de ritmos TR-808. Rave en el Raval.