R. Riba Rossy: Quería entender la parte oscura de la maternidad y perdonarla

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Lola Vendetta, la caótica y rebelde protagonista de los cómics de Raquel Riba Rossy, ha regresado a las librerías con el segundo libro de la ilustradora, "¿Qué pacha, mama?" (Lumen), que aborda la "parte oscura de la maternidad, para entenderla y perdonarla", según ha explicado la autora a Efe.

Mientras en su primer libro, "Más vale Lola que mal acompañada" (Lumen), Riba Rossy reflexionaba sobre el llamado amor romántico, las relaciones tóxicas y el tabú sobre vivencias como la regla, ahora la ilustradora abre otro cajón vital, tan universal como personal, para arrojar luz sobre la faceta más silenciada de la maternidad.

"Quería abrir la posibilidad de hablar de una maternidad tóxica", afirma, y añade que en los libros tradicionales sobre el tema solo vemos "la cara bonita" y que "no es necesario tener hijos para hablar sobre ello: puedes hablar sobre la relación con tu madre porque no todos tenemos útero pero todos hemos vivido en uno".

En este nuevo cómic, vemos la lucha existencial de Lola por definirse a ella misma y por construir una relación sana con su madre, Sellene Folliot, personaje basado en la progenitora real de la ilustradora y en la galerista barcelonesa Fabienne Yot.

Desde el feminismo, que a menudo ha sido un movimiento más de hijas que de madres, Riba Rossy quiere "rescatar" las voces de todas esas "mujeres sin historia" para las cuales la maternidad no fue una opción, sino un destino impuesto.

"El Estado no ayudaba nada a que tú pudieras cuidar a tus hijos porque era un trabajo menor, completamente invisibilizado", denuncia convencida, y recuerda las dificultades de su madre para cuidar a su hermano Guille, que sufre una discapacidad intelectual y aparece también en las aventuras de Lola, como "el campeón".

"Si se tuviera que poner en valor económico el trabajo de las madres, es mucho dinero el que se ahorra la sociedad cuando hay una persona que apoya emocionalmente a un niño durante toda su vida", añade Riba Rossy.

Para la dibujante, el vínculo más importante de nuestra vida es el que compartimos con nuestros progenitores y "si esta relación es insana, la relación contigo misma se ve muy afectada", pero esto no implica que los padres tengan que ser perfectos. "Hay una santificación muy grande de la madre", dice.

En este sentido, "¿Qué pacha, mama?" desmonta la figura de la madre perfecta con viñetas entre tiernas y ácidas, donde Sellene oscila entre ser agria y cortante con su hija y la sobreprotección.

A Lola, por su lado, la vemos frustrada, con deseos de liberarse y muerta de miedo a la vez hasta que logra cortar, literalmente, el cordón umbilical que las unía. Lo hace, como no podía ser de otra manera, con su arma feminista habitual: la catana.

Para la artista se trata, al fin y al cabo, de mirar a los padres "como pares, como si tu madre fuera otro ser humano" con su propia historia, miedos y aspiraciones.

En este sentido, Riba Rossy aborda también a través de sus personajes el tema de la "sexualidad adulta", que Sellene exhibe con libertad, haciendo sonrojar e incluso explotar a Lola.

"Lo que vemos en televisión son siempre cuerpos bonitos teniendo sexo, no cuerpos que se arrugan o que se cansan y no pueden acabar", explica la dibujante, quien reclama que "los jóvenes debemos sexualizar a la gente adulta, para perder el miedo a hacernos mayores y superar todo ese rollo de la juventud, la flor, la virginidad..."

Raquel Riba Rossy cierra el libro con una "Carta a la madre que me parió", una especie de homenaje sentido y sincero, transparente, hacia su propia progenitora, donde afirma que "el mundo está lleno de mujeres en sus casas, mujeres en sus habitaciones, mujeres en cocinas, en esa falsa reducción de existencia, soñando entre sábanas, pañales, ollas, condones, escobas y fotos de revistas que nunca protagonizarán o sin tan siquiera el derecho de soñar".

Este texto autobiográfico e íntimo pone punto y final a un cómic, "¿Qué pacha, mama?", que nace, como todas las creaciones de la autora, de la voluntad de hurgar en su interior y sanar heridas.