Hernández reconstruye un asesinato en la huerta murciana en obra "catártica"

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El escritor murciano e historiador del arte Miguel Ángel Hernández reconstruye en "El dolor de los demás", una novela "autobiográfica y catártica", el asesinato que se produjo en la huerta murciana en 1995, en el que se vio implicado su mejor amigo.

En la presentación de la novela, Hernández ha dicho que todo empezó con una frase escueta que resume lo que pasó en la Nochebuena de 1995: "Mi mejor amigo mató a su propia hermana y después se tiró por un barranco", una frase que se ha repetido durante mucho tiempo como un "mantra".

Confiesa Hernández que le cuesta mucho hablar sobre este libro porque le ha costado mucho trabajo escribirlo, "desde un punto de vista técnico, pero sobre todo éticamente, para evitar convertir a la víctima es más víctima".

"El dolor de los demás" (Anagrama) "lo ha abierto todo y esas heridas siguen sangrando", revela el autor, que cuando ocurrieron los hechos tenía 18 años, y, a partir de entonces, rompió con su pasado en aquella casa en la huerta de Murcia.

"Me recluí a partir de entonces en estudiar historia del arte, centrarme en el estudio, sacar matrículas de honor y olvidé aquel mundo, sin saber que nunca lo olvidé del todo".

Veinte años después comenzó a escribir la novela, "con esa frase todavía persistiendo como una especie de mantra" y por una extraña razón sintió "la necesidad de comenzar a mirar atrás esa historia, que no consideraba una historia literaria, y la razón es no haber afrontado el duelo".

A su juicio, "mirar hacia atrás es mirar hacia adentro, es mirarme a mi mismo" y, en cierta forma, explica "la historia de dos crímenes, el que cometió mi amigo, y el que cometí yo con mi pasado".

Veinte años después, Hernández vuelve a esos orígenes, a la huerta de Murcia, un espacio mítico del que había huido para irse a la ciudad y rodearse de intelectuales y artistas.

"Al volver los dos mundos chocan, el mundo de la huerta, y el del historiador del arte que escribe novelas que nadie entiende", y por primera vez siente que empieza a reconciliarse con ese mundo originario y detecta que este libro es el que está debajo de todas sus novelas.

La novela, explica el autor murciano, está escrita en dos tiempos: "una parte del pasado, que se remonta a esa Nochebuena, a lo que sucedió, que está escrito en presente; y luego está el proceso de escritura de la novela, el proceso de investigación, en el que me meto en la piel de un detective, entrevistando a vecinos, buscando los expedientes policiales, los recortes de prensa, los vídeos de la televisión, que están escritos en pasado".

El lector acompaña al protagonista/autor y va descubriendo con él los hallazgos y al mismo tiempo es testigo de esos destellos del pasado.

"Escapo del morbo, de esa especie de curiosidad malsana que despiertan los crímenes", asegura Hernández, quien piensa que finalmente ha acabado "una novela honesta".

Hernández considera que "El dolor de los demás" es una novela muy diferente de las que ha escrito, porque "las anteriores hablaban de arte y artistas.

"Aunque, en el fondo, -puntualiza- soy el mismo escritor y cierra en cierto modo un tríptico de descubrimiento del yo, junto con la primera, 'Intento de escapada', cuyo protagonista se parece a mí, pero no era yo; y 'El instante de peligro', protagonizada por un profesor de historia del arte que se parece a mí".

"En la tercera novela -continúa- aparece un escritor, que se llama como yo, que tiene mi experiencia, y que coincide conmigo en un 98 %".