DANZA CONTEMPORÁNEA

Mal Pelo y Rosas recalan en el Mercat

Las dos compañías presentan sendas piezas en las que profundizan en la relación entre el cuerpo y el espíritu

El coreógrafo Pep Ramis, en una escena de la pieza 'The Mountain, the Truth and the Paradise'.

El coreógrafo Pep Ramis, en una escena de la pieza 'The Mountain, the Truth and the Paradise'. / .43175939

Angie Ramón

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El Mercat de les Flors acoge dos propuestas originales dominadas por el movimiento corporal y la espiritualidad. Durante este fin de semana, y del 10 al 13 de mayo, Pep Ramis y la compañía de danza Mal Pelo regresan a los escenarios con una nueva versión del solo 'The mountain, the truth and the paradise', un espectáculo que se rige por el diálogo y la danza improvisada. En paralelo, y hasta el 6 de mayo, Salva Sanchís y Anne Teresa de Keersmaeker, directora de la compañía Rosas, reeditan la pieza 'A love supreme', obra magistral del músico de jazz estadounidense John Coltrane, y la convierten en un cuarteto de baile marcado por la composición y el baile libre.

A partir de la necesidad de explorar nuevos conceptos de la interpretación, Pep Ramis reconstruye la pieza que se estrenó en distintas salas y teatros en 2017. “Esta vez, quería trabajar con ciertos iconos”, aclara. Así, el autor pone en práctica tres aspectos místicos: en un escenario oscuro y plano representa la montaña "como un lugar al que subes para estar más cerca, o lejos, de algo; la realidad desde la visión de un niño; y el paraíso como un lugar espiritual".

El eje de la improvisación

El humor también forma parte del espectáculo de Pep Ramis. El autor detalla que este concepto "es el mejor soporte para hablar de ciertas cosas, como la belleza y la banalidad, o la ignorancia y la espiritualidad". Otro aspecto que se refleja es la dualidad a la que se enfrenta el autor en el universo de'The mountain, the truth and the paradise'. Bajo la dirección de María Muñoz, codirectora de Mal Pelo, y Jordi Casanovas, el intérprete viaja en un espacio blanco y vacio acompañado de la música en directo de Fanny Thollot.

De un viaje similar también parten el coreógrafo catalán Salva Sanchis y Anne Teresa de Keersmaeker en 'A love supreme', una pieza que emerge de una expresión profunda y sensible, sostenida por estructuras musicales del jazz. Cada uno de los cuatro bailarines se asocia con los cuatro instrumentos que aparecen en la partitura de John Coltrane.

De Keersmaeker y Sanchis han querido reflejar todo el proceso de creación a través de dos momentos clave en la pieza: la parte coreográfica y la improvisada. "Cuando los músicos - en directo - pasan a improvisar la partitura, los bailarines hacen lo mismo en distintos solos", apunta Sanchis.

Ambas obras cuentan con una voz poética, juegan con el concepto del "cuerpo multifocal" - Ramis lo describe como un cuerpo que habla, dibuja y se mueve - y utilizan la música como motor principal.