ENTREVISTA

Alfonso Vilallonga: "Estos tiempos no favorecen la creatividad"

El músico barcelonés estrena la banda sonora de 'La librería', la nueva película de Isabel Coixet, en Luz de Gas

El músico barcelonés Alfonso Vilallonga

El músico barcelonés Alfonso Vilallonga / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Alfonso Vilallonga estrena la banda sonora de ‘La librería’, de Isabel Coixet, que llegará a las pantallas el 10 de noviembre. Contará con un sexteto de cuerda y la voz y la trompeta de Andrea Motis (este miércoles en Luz de Gas, 20.00 horas, Festival de Jazz).

Una película ambientada en la Inglaterra de los años 50. Sí, a partir de la historia de una señora cuya ilusión en la vida es montar una librería y para ello deja Londres y se instala en un pueblo de la costa.

¿En qué consiste un encargo de Isabel Coixet? ¿Le da pautas sobre el tipo de canción o de sonoridad? No, creo que nunca hemos hablado de sonoridades. Ya nos conocemos. Aunque en este caso debo decir que lo que comencé a hacer no le gustó. Costó un poco.

¿Por qué cree que no le gustó? No lo sé… Le presenté cinco o seis piezas y solo le gustó una. Fue un poco más laborioso de la cuenta. Esas cosas pueden pasar. Entonces le dije que me diera dos títulos de canciones y a partir de ahí las haría. Isabel es muy buena con los títulos. Me dio ‘Feeling lonely on a Sunday afternoon’ y ‘Just take me in your arms’. A partir de ahí me salieron las canciones situándome en los años 50, una época que me encanta, de transición hacia el doo-wop y el rock’n’roll.

¿Una de las cosas más difíciles es hacer una música que pueda ser emotiva sin caer en el sentimentalismo? Creo que sí. Yo muchas veces odio la música de las películas: parece que te recalque lo que tienes que hacer y es muy obvia. Hay músicas emotivas que me producen el efecto contrario: “¡no, no, no!”, “¡no me harás llorar con eso!”.

¿Tiene compositores de cine predilectos? Nunca he sido un experto en bandas sonoras, pero tengo algunas referencias, sí, y no solo de música de cine: Kurt Weill, Prokófiev, Shostakóvich…, y obviamente Nino Rota, Bernard Herrmann…

En la música de ‘La librería’, la voz femenina es Ala.ni. Sí, una cantante que me pareció perfecta, con un fraseo que, aunque ella sea negra, es como de mujer blanca mayor, algo muy raro. Y es un poco ‘billieholidayesca’ pero atemporal. Pero en Luz de Gas no podía estar y se me ocurrió llamar a Andrea Motis.

¿Se conocían? Pues no, pero se lo propuse y le gustaron las canciones. Además, toca la trompeta, así que muy bien. Tiene el color, el punto, de ese tipo de música, como las voces de esa época. ¿Cómo se llamaba aquella? Ah, sí, ¡Kay Starr! Aquí no es muy conocida.

Ya vemos que sigue despistando a la gente: canciones, cabaret, teatro musical, bandas sonoras… No lo hago a posta, ¿eh? Para bien o para mal, lo he ido combinando siempre todo. Ahora he hecho la música de un documental argentino, y para la primavera estoy preparando un musical. Un poco como ‘La note d’à coté’. Estoy en ello, pero estos tiempos no favorecen demasiado la creatividad.

¿Le cuesta concentrarse con tanto entretenimiento político? Mucho, aunque quieras abstraerte, es muy difícil. Además, si fuese una partida de ajedrez entre dos maestros tendría su interés, ¡pero es una partida mala! ¡Un culebrón malo! Reconozco que me embrutece.

Ya llevó el ‘procés’ al plano satírico en una canción, ‘Maldà State (estat propi)’. Y ahora estoy intentando hacer la segunda parte, pero creo que no me podré superar. Llevo semanas intentando hacer una canción sobre esto y no lo consigo. Ahora el humor ya no me sale.