CRÓNICA

Michael Schenker Fest, cumbre de hard rock

El guitarrista alemán celebró sus logros históricos en compañía de los tres cantantes con los que trabajó en los 80, Gary Barden, Graham Bonnet y Kevin McAuley

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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En la última década, Michael Schenker se ha atrincherado en su repertorio clásico congelando su actividad como compositor, y esa tendencia al 'revival' permanente culmina ahora con la jugada que le trajo este domingo a Razzmatazz. Un recorrido por sus hitos hard rock de la mano de los tres cantantes más significativos de su carrera en solitario, Gary Barden, Graham Bonnet y Kevin McAuley; un formato inédito bajo la marca de Michael Schenker Fest.

Concierto estructurado en cuatro bloques, siguiendo un orden cronológico. Así, tras la composición instrumental más icónica de Schenker, 'Into the arena', entró en escena Gary Barden, voz original del Michael Schenker Group, con un 'Let sleeping dogs lie' que abordó poniendo a prueba su castigada garganta. En los cimientos, una base rítmica fiable e histórica, Ted McKenna y Chris Glen, y el refuerzo de guitarra y teclados de Steve Mann.

Ventilar a Michael Schenker con el cliché del 'guitar hero' es un error: hay que decir que su estilo no se basa tanto en el exhibicionismo como en una mezcla de matemática y emoción. Y  es uno de los compositores más dotados del hard rock, como demostró en su tiempo con UFO y Scorpions y con canciones del MSG que Barden asaltó al galope: los clásicos 'Cry for the nations', 'Attack of the mad axeman' y 'Armed and ready'.

La voz victoriosa

Pero el gran triunfador de la noche, más allá del líder Schenker, fue Graham Bonnet. Es el mayor de todos (cumplirá los 70 en diciembre), pero la voz del que fuera también excantante de Rainbow y Alcatrazz lució arrolladora, con grandiosidad y aspereza, y sus tres canciones, todas del álbum 'Assault attack' (1982), recordaron los perfiles dramáticos que en su día aportaron al MSG. En 'Dancer', con su estribillo casi pop, se sumaron Barden y Kevin McAuley, y este último regresó luego para encabezar el tercer apartado, consagrado al McAuley Schenker Group. Incursiones correctas en un repertorio no tan legendario pero con una consistente base de fans. Tratamiento menos AOR y más metalero en piezas como 'No time for losers' y 'Love is not a game'.

Colocando de nuevo a Schenker en el centro de la foto, el concierto culminó con un par de clásicos de sus tiempos en UFO, 'Rock bottom', con su intrincado solo acuñado en el doble en directo 'Strangers in the night', y un 'Doctor doctor', único bis de la noche, compartido por las tres voces. Clímax de una noche más sobria que folclórica, sin abuso de escenas complacientes, aunque con desenlace brusco, tras el cual Schenker tuvo que volver a salir para confirmar que el concierto se había terminado. Pero el Fest tiene listo un disco de estudio, así que la historia continúa.