EN LA CALLE DE MONTCADA

Festín en el Museu Picasso

El centro inaugura simultáneamente cuatro exposiciones con el genio y Arthur Cravan como protagonistas

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zentauroepp40676562 barcelona 25 10 2017 distritos icult exposici n 171025191653 / JORDI COTRINA

Natàlia Farré

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Emmanuel Guigon ha decidido estrenar su primera programación propia, o casi propia, del Museu Picasso a lo grande: inaugurando, el día del nacimiento del genio, cuatro exposiciones a la vez. Un festín de arte. Y un banquete creativo de degustación y digestión lenta, pues reúne un número incontable de obras y una alta participación de artistas, aunque el rey, con permiso del inclasificable, enigmático y fascinante Arthur Cravan, es solo uno: Pablo Picasso. El hecho de que se junten cuatro muestras es fruto de la coincidencia y de cierta voluntad.

El centenario de la última larga estancia del malagueño en Barcelona siguiendo a Olga Khokhlova guía una de las muestras

La intención hay que buscarla en el centenario de la última larga estancia del malagueño en Barcelona, desde el 5 de junio hasta el 19 de noviembre de 1917; solo un año después de que Cravan participara en uno de los combates de boxeo más comentados y surrealistas, el que le enfrentó a Jack Johnson y le dejó KO en solo seis asaltos. Ambos años, 1916 y 1917, fueron años de intensa actividad intelectual en Barcelona, refugio de todos los artistas vanguardistas parisinos a causa de la primera guerra mundial. Y ambos acontecimientos llenan sendas exposiciones. La tercera muestra, la más grande en espacio, estaba ya programada aunque el nuevo director le ha dado la vuelta, y tiene al grabado y a los sobrinos artistas del genio como protagonistas; y ya puestos, si había tres también podía añadirse una cuarta: la que exhibe las fotografías que Lucien Clergue le hizo a Picasso entre 1953 y 1973, y que el museo adquirió el año pasado.

Ponerse a la faena es complicado. ¿Por dónde empezar? Las dos primeras lucen una al lado de la otra por aquello de que fueron hechos coetáneos. Así que adentrarse en el mundo real o imaginaria de Arthur Cravan es una buena opción. Lo primero es saber que el nombre es un pseudónimo que adoptó a su llegada a París, en 1900; y lo segundo, averiguar que poco se sabe de su nacimiento y nada de su muerte: en 1918 se volatizó. Se le vio por última vez en México haciendo los preparativos para navegar hasta Argentina. Y punto. Nunca se supo nada más. Ni nota ni cadáver. O murió o se reinventó en otro personaje, ya llevaba unos cuantos: Arthur Cravan, Robert Miradique, W. Cooper, E. La Jeunesse, Marie Lowitska, Édouard Archinard... Como este último pintó 40 piezas que exhibió en la galería Bernheim-Jeune, en 1914. Y con el de Cravan editó la revista 'Maintenant', entre 1912 y 1915, en la cual ejercía de todo, incluso de vendedor: en la calle y con un carro de verduras; y también de repartidor, en este caso de críticas negativas a todo el mundo. Ni Guillaume Apollinaire se libró de ellas.

'Performer avant la lettre'

Aventurero, poeta, boxeador, viajero y un "coloso místico", según Mina Loy, dotado de un físico imponente; también "un artista sin obra, que confundió arte y vida, y que fue modelo de los dadaístas y los surrealistas", a juicio de Guigon. Ese fue Cravan, que además ejerció de 'performer avant la lettre': En 1913, durante una conferencia en París dedicada a la literatura, habló de deportes no sin antes disparar unos cuantos tiros al aire; y en 1917, en Nueva York, subió borracho al escenario para realizar un estriptís, la policía acabó con la acción. Entre un escándalo y otro se instaló en Barcelona, en 1916, para evitar ir al frente. Y el 23 de abril desafió al campeón del mundo de boxeo Jack Johnson. El combate tuvo lugar después de una gran campaña publicitaria.

Siguiendo a Olga Khokhlova

Picasso no asistió, ya que aún no había aterrizado en la ciudad, pero la pasión del genio por el boxeo queda patente en el final de la exposición donde se pueden ver fotografías y películas domésticas del malagueño practicando con sus hijos. Un fin que enlaza con 1917 y el paso de Picasso por Barcelona persiguiendo a su nuevo amor: la bailarina rusa Olga Khokhlova. La historia va ligada con la de los Ballets Rusos de Diáguilev, para los que Picasso hizo los decorados y vestuario de 'Parade'. La historia es conocida, pero la muestra aporta documentación inédita, como el recibo que documenta la desconocida estancia de la pareja en el Hotel Miramar de Comarruga el 14 de julio de 1917; y las fotografías del álbum familiar de Khokhlova en las que se les ve haciendo turismo por Barcelona: de Colón al Tibidabo. Los cinco meses dieron para que Picasso realizara un gran número de obras, entre cubistas y clásicas pero no academicistas, que al volver a París tuvo que dejar en Barcelona (ahora están en el museo) por cuestiones de la guerra. Solo se pudo llevar una tela: 'Olga Khokhlova con matilla', que ahora luce en la muestra prestada por la familia.

Más fotografías, algunas curiosas, como Picasso bailando flamenco o acunando a un bebé, es lo que exhibe la exposición que reúne gran parte de las 600 imágenes de Lucien Clergue compradas por el museo. Y grabados, de toda la familia Picasso: del genio, sus sobrinos artistas (Fín y Vilató) y la tercera generación: Xavier es lo que recoge la cuarta de las muestras que ocupa la normalmente cerrada segunda planta del Palau Finestres.