CRÍTICA DE CINE

'París puede esperar': gente rica viviendo bien

El debut en la ficción de Eleanor Coppola funciona más como publirreportaje turístico que como comedia romántica elitista

NANDO SALVÀ

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El debut en la ficción de la esposa de Francis Coppola es una película herméticamente cerrada en su propio elitismo, que acompaña a dos personas ricas mientras consumen manjares y vinos carísimos y se pasean por lugares hermosos de la campiña francesa. Ella es la esposa de un magnate de Hollywood; él, socio del marido, la quiere llevar a la cama. No se percibe conexión alguna entre ellos por mucho que hablen y hablen, en parte porque ambos son mortalmente aburridos. 'París puede esperar' es eficaz como publirreportaje turístico, pero como glorificación del lujo resulta obscena y como 'road movie' es un sopor.

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