FESTIVAL GUITAR BCN

Cesk Freixas, más allá del no

El cantautor del Penedès aboga por la autocrítica constructiva en su nuevo disco, 'Proposta', que presenta en el Barts Club

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Después de ‘Protesta’ (2014) llega ‘Proposta’, un trabajo con el que Cesk Freixas ha querido alertar de “lo fácil que es instalarse en el no, en la crítica continuada, por muchos motivos que haya”, al tiempo que aboga por “asumir responsabilidades aunque a veces tengas que tragarte alguna contradicción”. Una obra de mensajes matizados, aun sin ceder en los ideales, que el trovador del Penedès presenta este jueves, acompañado por el guitarrista Víctor Nin, en el Barts Club (21.00 horas, festival Guitar BCN).

Freixas explica en el disco que “la protesta, sin una propuesta, no es válida”, haciendo suya la autocrítica y acompañando el ejercicio de una banda sonora que retoma la “vertiente rockera, de guitarras tanto acústicas como eléctricas”, implantada en el trabajo anterior. Las estrofas explícitas siguen ahí: “hem vingut a transformar”, repite en ‘Els carrers pels palaus’. “Una canción quizá excesivamente militante, como ‘Pandora’, pero me apetecía para cerrar un ciclo”, explica. “Durante muchos años pensé que las canciones deberían ser una herramienta para el análisis, pero no solo es eso. Si fuera así sería incluso enfermizo. Hay que saber encontrar el equilibrio entre el debate y el entretenimiento”, reflexiona el autor de ‘La petita rambla del Poble Sec’.

CANCIÓN Y ROCK

Canción de autor y modos rockeros se cruzan en ‘Proposta’. “Crecí con rock catalán, rock duro y metal que escuchaban mis hermanos, mezclado con la ‘nova cançó’ que oían mis padres”, revela Freixas, cuyo propósito es fundir aspectos de ambos mundos. “El uso social de la canción lo aprendí de los cantautores, y me interesa actualizar su estética, que a veces se ha percibido como anquilosada”, considera Freixas, que en otra pieza, ‘Aquí, la bellesa i la dignitat’, dice querer ser Violeta Parra, y que dedica una canción, ‘Heura’, a su hija, que ahora tiene seis meses.

Uno de los cantautores que escuchaban sus padres en casa era Raimon, de quien adapta un fragmento de ‘Al meu país la pluja’ con un parte del texto en lengua tamazigh a cargo de Yacine Belahcene. El propósito ahí era “transportar la canción a un imaginario sonoro un poco más mediterráneo y explicando a través de ella que somos un país de acogida”.

PAUSA VALENCIANA

Sin situarse ni en el circuito pop ni en el del mestizaje, Cesk Freixas observa que “siguen arrastrándose prejuicios hacia los cantautores” y que a veces se les ve “como algo del pasado”. Su “obsesión”, señala, “es explicar que el cantautor es útil y que puede hacerlo pasar bien a la gente”. Pese a las dificultades, presentó semanas atrás el disco en el  festival Strenes, de Girona, y lo hará en escaparates como Clownia, Acampada Jove y Bioritme. En tierras valencianas, inesperadamente, se prodiga menos ahora que hace unos años. “Tras el cambio de gobierno, los artistas del Principat hemos notado una pausa y nos cuesta más ir a tocar. No es una crítica: la escena valenciana se está resituando, disfrutando de sus espacios, y nosotros nos tenemos que esperar un poco”.

Freixas ha formado parte de las listas de la CUP tanto al Parlament de Catalunya (2012 y 2015) como en sendas elecciones municipales, en Vilafranca del Penedès y su pueblo, Sant Pere de Riudebitlles. Un compromiso público que “puede cerrarte algunas puertas, es normal”, asume. ¿Repetirá en el futuro? “Dependerá de cada situación”, apunta, escéptico ante la tendencia de los partidos a “utilizar figuras de la cultura para captar votos; eso es vieja política”.