Iván Ferreiro: "Sigo aspirando a componer como Morrissey"

Iván Ferreiro, el que fuera líder de Los Piratas, estrenó su último disco, ‘Casa’, el pasado noviembre en Barcelona, sala Barts, y vuelve a la capital catalana seis meses después. Este viernes actúa en Razzmatazz (21.00 horas; abrirá el cantautor madrileño Jaime Buenaventura), en el cierre del Room Festival.

En ‘Casa’ parece decirnos que se encuentra en un lugar seguro desde el que puede observar el mundo con calma, ¿es así? Sí, es eso y que, en el fondo, casa es todo lo que tenemos. En estos meses de gira ha cambiado un poco ese sentido para mí: me doy cuenta de que casa también es el hotel setentero en el que duermo y viajar a gusto con mi banda.

¿No refleja el disco una mirada más tranquila? No tengo esa sensación, sino más bien de ir viendo las cosas igual de distorsionadas que en toda mi vida. No creo que a medida que creces veas las cosas con más claridad. Al hacer cada disco me he encontrado igual de perdido.  

En su lenguaje musical sí se podría hablar de pop adulto. No sé, con lo de pop estoy de acuerdo. Adulto, ya no sé. Sí tengo una edad, soy padre… Bueno, pop adulto no está mal, no me disgusta.

Su imaginario musical, sus referentes, ¿siguen siendo los mismos que hace 20 años? Creo que The Smiths sigue siendo mi banda favorita, y sigo aspirando a componer canciones como Morrissey. No creo que lo haya conseguido, ¡pero lo intento! Luego están Radiohead, y Calamaro… Me siguen gustando más las canciones que un artista en concreto.

Sus textos tienen un aire teatral, incluso forzado. ¿Entiende esa crítica? Bueno, mis letras pueden ser un poco teatrales, o melodramáticas, porque para eso están las canciones, para expresarte de muchas maneras con ellas, pero entiendo que haya gente a quien le cargue lo que hago. La música es cuestión de gustos, y hay quien conecta y quien pensará que lo mío es afectado, pero poco puedo hacer ahí.

Ha compuesto para los últimos discos de Sergio Dalma y Raphael. ¿Le interesan los cantantes melódicos? Nací en 1970, los melódicos sonaban en todas partes cuando era un niño y me influyeron más de lo que creía. Un día te encuentras alucinando con una canción de Mina. Y Raphael me ha gustado siempre: tiene algo de Morrissey y de Bowie, salvando distancias.

¿Cómo pensó que tenía que ser una canción para Raphael? Nos reunimos y él dijo lo que no quería: canciones de amor, ni de desamor, ni que se pareciera a Manuel Alejandro, ni a Perales… Nada que pudiera ser una caricatura. Le mandé ‘Dioses de la distorsión’, que es un poco ‘raphaeliana’, pero me quedé con las ganas de escribir algo más de su estilo e hice ‘Carrusel’ con Nico Pastoriza y Martiño Martínez. Quedó encantado.

A Sergio Dalma le compuso ‘Si todo lo que siento se pudiera cantar’. Esa la tenía más clara: una canción que fuera cambiando de armonía, un poco más compleja. Yo no repito estribillos, ahí había tres y él me dijo que quería repetir uno e hicimos unos ajustes. Canta que te mueres y fue un gusto.

¿Le gustaría seguir componiendo para otras voces? Pues sí, ¡me encantaría petarla con una canción! Porque yo no siempre tengo cosas que contar en mis discos. A veces me apetece componer y va bien escribir para los demás.

Estará en festivales como Sonorama o Arenal Sound. ¿Se siente a gusto en esos entornos veraniegos? Los ‘festis’ no son mis conciertos favoritos, pero son divertidos. Son ferias de muestras: un trozo de queso por aquí, un poco de chorizo por allá… Pero funcionan y ayudan a las bandas.