Pedro Mairal, derrumbe vital
El argentino vuelve a la novela con un texto breve pero intenso muy difícil de olvidar
Ricardo Baixeras
Crítico literario
Doctor en Humanidades (Teoría de la Literatura y Literatura Comparada). Autor de 'Tres tristes tigres y la poética de Guillermo Cabrera Infante' (Universidad de Valladolid)
RICARDO BAIXERAS
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Al protagonista de 'La uruguaya', Lucas Pereyra, le sobreviene una crisis matrimonial que, en realidad, provocará una crisis vital de esas que dejan huella. Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970) vuelve a la novela tras años de silencio con un texto breve, pero en verdad intenso: veinticuatro horas en la vida de un escritor que viaja a Montevideo para cobrar el anticipo de unas obras que no escribirá y para encontrarse con una mujer a la que conoció en un festival literario, Magalí Guerra Zabala. El primer apellido de la mujer deseada y deseante es el anticipo del estado belicoso al que se tendrá que enfrentar Pereyra en un solo día.
Con un tono confesional, que cuenta la historia a su mujer Catalina, el narrador alterna la historia de sus derrumbes. Se le viene abajo su idea de familia, se le viene abajo su idea del matrimonio, su idea de qué cosa significa tener a su hijo Maiko, se le viene abajo la vida futura con su amante, la transgresión de una vida por empezar, se le viene abajo su idea de la literatura: la suya es una vida de escritor que no escribe. Se le viene abajo, por culpa ajena, la idea del dinero, la de la libertad soñada y ansiada eternamente. Su idea de felicidad por venir se le viene abajo como un castillo de naipes.
Al final, cuando su vida se convierte en un páramo Pereyra ya solo puede decir: "Ojalá la muerte sea saberlo todo". Nihilista sin aspavientos el protagonista está tocando con la yema de los dedos un paisaje desolado, las pequeñas dudas que convierten la vida pasada y futura en "una catedral brillando arriba".
La brevedad de esta novela es absorbente e inspirada. Es difícil abandonar la lectura. Mairal casi toca el género policiaco. Aquí el culpable de todos esos derrumbes es vital, pero no aparece. Y ni falta que hace. Es precisamente la ausencia de respuesta final a todos esos interrogantes, la solución al enigma que se esconde en el fondo de la historia, lo que hace de este texto un pequeña joya. Sus imágenes poderosas, sus diálogos audaces, sus momentos de una comicidad inteligentísima, su ironía casi estructural, su melancólica visión del mundo, el dominio absoluto de un voz narrativa que alterna las dos historias, la de Catalina y la de Guerra, hacen de 'La uruguaya' un texto que dificilmente se podrá olvidar.
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