Bertín Osborne: "Soy lo que todo el mundo ve"

El cantante madrileño abre el Suite Festival presentando 'Va por ellas', disco dedicado a la mujer, con una 'big band' en el Liceu

Bertín Osborne.

Bertín Osborne. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Bertín Osborne respondía al teléfono, el pasado miércoles, convaleciente pero con buen humor. “Estoy en la cama, un trancazo horrible”. Todo apunta a que estará recuperado para su debut, este lunes, en el Liceu (21.00 horas), recital que abrirá la segunda edición del Suite Festival. Presenta disco, ‘Va por ellas’, con canciones con nombre de mujer interpretadas junto a una ‘big band’. “¡Somos 24! Llevo el circo mundial, con dos tigres, leones y un canario”, bromea.

¿Por qué ese disco, ‘Va por ellas’, en homenaje al sujeto femenino? La verdad, son cosas de las compañías. Fue idea suya. Yo hice hace unos años ‘Va por ellos’, así que me propusieron: “¿por qué no un ‘va por ellas’?”. Me pareció muy bonito.

¿’Baila morena’, de Zucchero, es una canción tan importante como ‘She’, de Aznavour, o ‘Michelle’, de los Beatles? Hombre, creo que sí. Soy muy seguidor de Zucchero: debutamos los dos juntos en San Remo en 1983. Creo que tengo todos sus discos. El disco es de clásicos de toda la vida, con un poco de todo: ‘Santa Lucía’, ‘Clara’… Todas han marcado una época.

Sabíamos que sus gustos musicales miraban a América, sobre todo al country. ¿También a los ‘crooners’? Yo desde pequeño veía esas películas de Sammy Davis Jr., Frank Sinatra y Dean Martin y ese concepto me divertía horrores. Me parecía genial la idea de un grupo de amigos que iban por ahí cantando, y le diré que es algo que estoy intentando poner en marcha. Hacer un grupo de dos, tres o cuatro, ir de gira y pasarlo bien.

¿Con quién le gustaría hacerlo? Pues me hubiera divertido hacerlo con El Puma, con José Luis, que además canta rancheras, pero él anda últimamente con algunos problemas de salud. Por otra parte, no es fácil cantar con una ‘big band’. Hay un venezolano, Franco de Vita, que lo haría muy bien. Pero cada uno tiene sus calendarios, no es fácil.

¿Con Julio Iglesias se vería? Claro, ¡nos ha jorobado! (ríe) ¡Habría que preguntarle a él si se vería! Pero no sé si ha cantado alguna vez con una ‘big band’. Creo que no. Su forma de cantar, alargando los finales, creo que no es muy de ‘big band’.

Usted vivió en Miami, como él. ¿Ha representado Julio un modelo? Estuve en Miami 14 años y, sí, claro, Julio nos ha abierto la puerta a todos. Es un hito, un personaje, ¡ojo con él! Hay que tenerle un respeto enorme, te guste más o menos como cantante. Una vez me dijo: “tener éxito no es solo cantar bien, es mil cosas más, y esas otras cosas hacen el éxito”. En eso, Julio es el maestro y hay que reconocérselo.

En su caso, ¿cuáles son esas mil cosas más? Muchas cosas que rodean a un artista. Una compañía de discos importante, un mánager…

Usted ahora quizá sea más popular por motivos que van más allá de la música. Bueno, yo es que he hecho muchas cosas, estoy en todo. Está clarísimo que lo que más popularidad te da es la televisión, y sí, esa es una de las mil cosas, y es importante, porque tú no puedes sacar un disco todos los años.

Con la proyección que le da la televisión, ¿por qué hace discos? Bueno, no nos pondremos románticos: el motivo es un contrato que tengo con la casa de discos. Me debo a lo que he firmado. Pero al margen de eso, yo estoy de acuerdo en hacerlos. Me he divertido mucho en la última gira, casi 40 conciertos, y quería hacer otro disco para tener un repertorio con ‘big band’ más amplio.

¿Piensa que le gustaría ser más reconocido como cantante que como figura mediática? No, eso a mí me da igual. Yo estoy en otra guerra.

¿En cuál? Yo hago lo que me divierte, y lo demás me preocupa menos. Mire, yo podría haberme quedado en Estados Unidos. Hay un gran mánager, Alfredo Fraile, que cuando dejó a Julio me llevó a Los Ángeles y me abrió todas las puertas. Me contrataban en todos los sitios. Pero al final, a mí me gustan las tapitas, y el campo, y los caballos, y me preguntaba: ¿qué hago yo aquí? Y me volví a España, a mis raíces.

Con su primer disco, ‘Amor mediterráneo’, en 1981, se dio a conocer como cantante melódico. ¿Se ajusta su caso al del artista forzado por la discográfica a adoptar un perfil que no es el que desea? Sí, es así. Con veintitantos años me propusieron grabar un disco y me pidieron que me fuera a Madrid para que el director artístico y los arreglistas me escucharan. Cogí la guitarra, fui para allá y les canté dos o tres canciones country. “¡Fenomenal!”, me dijeron, ¡y luego me mandaron ‘Amor mediterráneo’!

¿Sufrió un ‘shock’? ¡Estuve a punto de no grabarla! Pero Toni Caravaca, mánager de moda en ese momento, me dijo: “Bertín, hazlo”. Me convenció. Y, al final, tuvo razón. Claro, no cantaba ‘Amor mediterráneo’ con la misma cara con que hubiera cantado mis temas country favoritos, pero, al final, el objetivo, que era tener éxito y disfrutarlo, eso se consiguió.

¿Qué cantantes de country le gustan? Pues mire, hice la gira Marlboro con Tammy Wynette, Rita Coolidge y Freddy Fender, cantantes todos que me gustan mucho, como también Kenny Chesney, Blake Shelton, Willie Nelson… Y grupos como Pure Prairie League.

¿Descubrimientos de su estancia juvenil en Estados Unidos? De antes, porque el country me gustaba desde que era pequeño. Me fui a Estados Unidos por eso, ¿eh? Me recorrí en moto de Nueva York a Los Ángeles y me quedé en Nashville una temporada.

En España el country tiene poco público. Sí, ni siquiera Garth Brooks, cuando era el mayor vendedor del género, vendió mucho aquí. Me queda pendiente desarrollar eso, pero tampoco me preocupa. En algunos discos he metido algún tema country, no ha pasado nada pero me he pegado el gustazo.

¿Su contrato le hará grabar otro disco este año? No, ahora haré una gira divertida, por México y algún sitio más. Aunque me han llamado de Italia para grabar un disco con el compositor Gianni Belfiore y eso quizá sí lo hago. Pero este año pasado, entre los conciertos, los teatros, el programa de televisión… No dormía, no vivía.

La repercusión de ‘Mi casa es la tuya’, en Tele 5, ¿le ha cambiado la vida? No, llevo muchos años en esto y ya sé que la televisión es muy jodida. He visto programas fantásticos que duran años y otros que son malísimos y también duran años, y nadie sabe por qué. Hemos conseguido hacer un programa blanco, agradable, simpático, donde simplemente charlando conoces a la persona que tienes en frente. A lo mejor mi ventaja es que no soy periodista y no tengo que hacer la típica pregunta que tenéis que hacer por obligación, Y no molesto, no meto el dedo en el ojo a nadie, y la gente lo pasa muy bien y, de hecho, todos quieren volver.

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Ese ambiente agradable, de compadreo con políticos, ha levantado críticas. Pero yo tengo buen rollo con todo el mundo, me gusten más o menos. Lo tengo con Rajoy y con Pedro Sánchez, y ahora vienen un par más, del PSOE y de Ciudadanos, voy a verlos a todos, y de entrada tengo todo el interés en conocer lo que piensan. No tengo prejuicios.

Es un programa que exhibe felicidad. Yo soy así, lo que todo el mundo ve. Intento disfrutar la vida y hacerla disfrutar a quien tengo alrededor. A veces me dicen: “¡tendrías que haber hurgado más por ahí!” Pero, ¿por qué? Yo no soy cotilla, no quiero que alguien se sienta forzado a contarme algo si no le apetece. Eso creo que la gente lo agradece.

Y debuta en el Liceu. Estuve una vez como público, viendo a Montserrat (Caballé). Cantando es la primera vez y me hace una ilusión que no se puede imaginar.