TEMPORADA ALTA

Rocío Molina celebra la feminidad en 'Caída del cielo'

La inquieta bailaora presenta un solo rompedor lleno de luces y sombras en El Canal

ROCIO MOLINA EN CAIDA DEL CIELO

ROCIO MOLINA EN CAIDA DEL CIELO / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Rocío Molina, terremoto creativo cuyos montajes nunca dejan indiferente, estrena este viernes en Girona 'Caída del cielo' en El Canal (Salt). En él, la bailaora malagueña se enfrenta a sola a su nuevo desafío, un viaje sin retorno donde, cual ángel caído pasa de la luz a las sombras, del silencio al ruido, del orden al caos. En mayo presentará el espectáculo en el Mercat de les Flors.

"La obra parte de una conexión entre la tierra y los ovarios. En ella me siento más mujer que nunca", ha afirmado. La idea del espectáculo surgió de una charla en una cárcel de mujeres de alta seguridad. "La mayoría no iba a salir nunca de allí y me impresionaron porque iban con las uñas arregladas. Se notaba que se cuidaban", recuerda la coreógrafa que colabora con Carlos Marquerie, director y dramaturgo. Para él, como cuenta en el programa, esta obra es "un viaje, descenso o tránsito de una mujer desde un cuerpo en equilibrio a un cuerpo que celebra ser mujer, inmersa en el sentido trágico de la fiesta".  

"Nos basamos en la tradición. A veces buscamos determinadas texturas o llegar a límites sonoros", afirma la inquieta coreógrafa andaluza. Belleza y fealdad se intercalan en la pieza que consta estructurada en dos partes, dos opuestos. En la primera, la más luminosa, Rocío baila completamente sola. En la segunda se incorporan los músicos: Eduardo Trassierra (guitarras), José Ángel Carmona (cante y bajo eléctrico), José Manuel Ramos 'Oruco' (compás y percusiones) y Pablo Martín (batería, percusiones y electrónica).

DIOSES FLAMENCOS

El espectáculo abre con un pequeño homenaje a uno de los dioses flamencos de Rocío Molina , 'Asesinado por el tiempo' del rompedor disco 'Omega' que el cantaor Enrique Morente dedicó a Lorca uniendo su añorada voz al grupo de rock Lagartija Nick. También hay alusiones a Camarón, de quien deconstruye su pieza más famosa 'La leyenda del tiempo'. "Tenía previsto además otra basada en 'Entre dos aguas', de Paco de Lucía, otra obra intocable, pero al final hubo que cortarla sino el espectáculo duraría más de una hora y media". Le encanta ofrecer nuevas miradas sobre obras consideradas tótems.

Tampoco falta un homenaje a su ídolo, la bailaora barcelonesa Carmen Amaya. Siempre ha sentido que existe una conexión especial con ella. "Ella también está en mi cielo flamenco, es una de las diosas. Es mi marca". Aunque tiene muchos referentes femeninos en el baile, Amaya le transmite mucha fuerza. "Tenerla, sentirla y pensarla me recarga y me inspira. Y si además me coloco una chaquetilla con su nombre como hago en este espectáculo no sé porqué pero bailo mejor", añade.

Molina conecta la pulsión del flamenco más libre y radical con imágenes surgidas de experimentos extraños, como una performance que realizó vestida de novia y con guantes de boxeo o con imágenes surgidas de la reelectua de 'La divina comedia', de Dante. También se inspira en poemas como 'En celebración de mi útero', de Anne Sexton. "El espectáculo es una celebración de la mujer aunque habrá polémica porque siempre habrá quien quiera buscar el enfrentamiento hombre-mujer o pensar que ridiculizo al hombre aunque no es así".

DIVISIÓN DE OPINIONES

En París, donde estrenó esta coproducción, la obra provocó división de opiniones. "Una parte del público se hace fiel y otra se despide de ti. Eso pasa con cada espectáculo. Pero esta vez me ha gustado recibir el primer abucheo de un señor en primera fila. ¡Tiene mérito porque aguantó toda la hora y media!", dice satisfecha y con bastante guasa. Se la ve feliz.

La coreógrada sabe que sus atrevidas propuestas no son para todos los paladares. Sólo las fotos del espectáculo, bastante duras, han levantado polvareda entre los guardianes de la ortodoxia flamenca. Pero lo aplaude, tanto o más que a ese abucheo que vivió tan de cerca. "Si yo me tomo la libertad de mostrar lo que siento, porque no me van las provocaciones gratuitas, quiero que los demás dese tomen la misma libertad para opinar y expresar lo que quieran. Para mí es muy importante que ocurran estas cosas".

El arte no tiene límites para Molina. "Ser flamenca es muchas cosas. Con unas me identifico, con otras no". Su lucha, dice, siempre ha sido la misma: mantener la esencia flamenca. Por eso en este espectáculo intenta dejar espacio a lo inesperado. "El flamenco es como un parto, algo que expulsas". En la obra han dejado espacio para que puedan ocurrir cosas. "Hay partes muy montadas pero otras no. Si ya sé qué fandango hará el cantaor no puedo bailar igual que si no sé nada. Me interesa huir de lo cómodo. Debemos estar todos pendientes de qué puede pasar". Pura esencia.