ARTISTA RESIDENTE DEL FESTIVAL DE PERALADA

Sara Blanch, lista para el combate

La joven soprano catalana, ganadora de ocho premios Viñas y que la próxima temporada debutará en el Liceu y en el Real, interpreta en el claustro de la iglesia del Carme 'Combattimento' de Monteverdi

La soprano Sara Blanch, enfundada en guantes de boxeo, en Peralada.

La soprano Sara Blanch, enfundada en guantes de boxeo, en Peralada. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / PERALADA

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Una emergente que pisa fuerteSara Blanchsoprano de solo 26 años nacida en Darmós (Tarragona), impactó en la edición de este año del Concurso Viñas con su luminoso timbre, su desinhibida expresividad dramática y el apabullante dominio de la coloratura. La cantante, que estuvo a punto de no presentarse al certamen porque las fechas coincidían con su participación en la producción de ‘La cambiale di matrimonio’, acabó ganando ¡ocho premios!

Estos galardones han propiciado su elección para ser artista residente del Festival de Peralada y este lunes se enfrenta al primero de sus retos en la muestra (el segundo será ‘Albert-Alberto’) con ‘Combattimento’ de Monteverdi. El montaje de Joan Anton Rechi, con dirección musical de Fausto Nardi, cuenta con un reparto en el que también figuran David Alegret, Víctor Sordo y Anna Alàs respaldados por Vespres d’Arnadi. El espectáculo trasladará al claustro de la iglesia del Carme la atmósfera de una música pletórica de belleza.

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La joven cantante, que luce unos guantes de boxeo para escenificar dentro de un ring la lucha encarnizada entre dos amantes, ha estado ensayando el que será su primer Monteverdi. “Creo que el público disfrutará de las emociones que ofrece la feliz  conjunción de palabra y música de estos madrigales”. La artista ha hecho un intenso ejercicio para adecuar la voz a la exigencia del círculo poético de unas piezas que reflexionan sobre la naturaleza del amor y la pérdida.

Blanch, hija de una profesora de piano y de un compositor, ha vivido de forma natural su asociación con la música. Estudió piano y danza, pero acabó decantándose por el canto cuando a los 14 años descubrió las posibilidades de su voz. El ambiente familiar ha contribuido a que haya desarrollado una carrera sana. “Mis padres son mis primeros fans, pero no mienten cuando oyen algo que no les gusta”, resalta. 

BEL CANTO ROMÁNTICO

Consciente de que tiene facilidad para la coloratura ha explotado al máximo sus posibilidades en el bel canto romántico, pero sobre todo ha trabajado esta cualidad para obtener mejores rendimientos: “Procuro no caer en excesos, pero no me conformo con llegar a un nivel y decir aquí me quedo. Al contrario, intento siempre profundizar en la búsqueda de nuevas posibilidades”, dice refiriéndose a su versátil y extenso instrumento vocal. 

Intenta que los halagos no le afecten: “Me gusta tocar con los pies en el suelo, pero reconozco que a veces cuesta evadirse de esa influencia negativa. Las llamadas con propuestas de nuevos proyectos te pueden hacer tambalear, pero siempre se acaba imponiendo el sentido de la responsabilidad”. El compositor que más ha interpretado es Rossini, pero también ha frecuentado Donizetti, Britten, Gluck, Pergolesi y Mozart, autor que le apetecería interpretar más a menudo.  

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Hace un año se puso en manos de la diva italiana Mariella Devia. “Me siento afortunada de poder estudiar con ella. Es muy exigente y tiene una técnica increíble. Me ayuda a mejorar y a ser aún más analítica de lo que ya soy”. Prefiere no hablar de referentes, pero no oculta su debilidad por Cecilia Bartoli: “La descubrí de adolescente y me hizo cambiar la idea que tenía de la ópera. Me encanta la energía positiva que desprende, pero yo sé que tengo que mantener mi personalidad y no copiar de otros modelos”.

Espera con ilusión sus debuts en el Liceu, en marzo del 2017 con ‘Thais’ de Massenet al lado de Plácido Domingo, y dos meses después en el Real con ‘El gallo de oro’ de Rimski-Korsákov. Hace poco le ofrecieron protagonizar ‘La traviata’, pero rechazó la posibilidad porque considera que aún no le ha llegado el momento. No sabe a dónde le llevará la evolución de su voz: “Dentro de unos años me gustaría cantar óperas de Verdi y Puccini, pero antes tengo que atender otras prioridades formativas”. 

INTELIGENTE DESPEGUE

La experiencia que más le ha marcado ha sido la de su participación en el Festival de Pésaro: “Allí pude trabajar con Alberto Zedda. El maestro consiguió sacar lo mejor de mí misma. Encontré un ambiente muy profesional. A mí no me gusta que sean permisivos y no te digan las cosas como son. Esto es fundamental para conseguir un buen nivel”. Resta importancia a su atractivo físico. “La belleza no sirve de nada si no eres capaz de transmitir lo que hay en el interior de tu alma”, concluye una artista que ha iniciado un inteligente despegue.