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The Lumineers: "Nunca hemos usado un banjo ni vamos a usarlo"

El grupo folk-rock presenta este domingo en el festival Jardins de Pedralbes las canciones de su esperado segundo disco, 'Cleopatra'

foto de THE LUMINEERS para el iCULT

foto de THE LUMINEERS para el iCULT / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Tras el éxito sorpresa de su primer disco, el grupo folk-rock The Lumineers tardó hasta cuatro años en terminar ‘Cleopatra’, cuya melancolía traerán el domingo al festival Jardins de Pedralbes (22.00 horas). Hablamos por teléfono con Jeremiah Fraites (batería).

Han sido cuatro años entre un álbum y otro, y al parecer no por voluntad propia. ¿Cómo y cuándo recuperaron la inspiración? Cuando eres joven, por la razón que sea, la inspiración viene. Pero al crecer has de buscarla. Llegó un punto en que ni siquiera nos apetecía componer, pero nos sentamos a trabajar cada día y al final todo volvió a fluir.

De este segundo disco sorprende su carácter menos expansivo, más contenido. Diría que hemos madurado, como personas y como artistas. Si cambias, alguien se va a enfadar, pero si no lo haces, también pasará. Lo ideal es encontrar un punto intermedio entre lo de antes y lo de ahora; es lo que hemos hecho.

¿Trataron deliberadamente de evitar los tics más comunes del reciente folk-rock? Los gritos a coro, por ejemplo. Somos conscientes de todos ellos. Y desde luego, creo que nos tratamos de apartar. Nunca hemos usado banjo ni vamos a usarlo. Pero dejamos a un lado la mandolina o el chelo para centrarnos en una estructura básica de bajo, guitarra y batería. Queríamos sacar algo resonante a partir de solo eso.

Es menos inmediato. Su compañero Wes (guitarra, voz) ha dicho que los álbumes pueden ser como la serie ‘The wire’ y necesitar seis episodios para enganchar… Buena comparación (risas). Igual sí que hacen falta seis escuchas para “pillar” el disco. Ahora mismo no somos uno de esos grupos con canciones que pones a tus amigos y a la primera vez dicen: “¡Me cago en todo! ¡Menudo 'hit'!”. Pero estamos orgullosos de estos temas, los amamos.

Arrancan con ‘Sleep on the floor’, un disco sobre dejar atrás una ciudad pequeña que no deja crecer. ¿Hablan de Ramsey, Nueva Jersey, donde se formaron? Sí, bueno, y de toda la Costa Este en general. Es una canción que debería haber estado en el primer disco, porque es representativa de dónde estábamos entonces a nivel personal, pero nos faltaba el estribillo.

De Ramsey no se fueron a, digamos, Nueva York, sino Denver. ¿Cómo ayudó eso al grupo? Fue estupendo. Wes y yo trabajábamos en un restaurante japonés donde nos cedían todo el tiempo que necesitábamos para el grupo. Y la comunidad musical allí es estupenda. La gente disfruta mucho de la música. Es algo sincero.

Hay una canción en el nuevo disco, ‘Gun song’, sobre la pistola que Wes descubrió en un cajón de su padre poco después de que éste muriera. ¿Hay algo de crítica a la cultura de las armas en EEUU? No es necesariamente crítica, pero quizá sí podría servir para arrancar alguna conversación. Fíjese en lo que ha pasado en Orlando. Ahora mismo es un tema importante y quizá un tema así contribuya a generar diálogo. De todos modos, en primer lugar es una canción personal en la que Wes se pregunta si realmente conocía a su padre.

Incluyen tres retratos de mujer en el nuevo repertorio: 'Cleopatra', 'Angela', 'Ophelia'… Si algo me gusta de las letras de Wes, es que siempre contienen a personajes creíbles, a los que parece que puedas abrazar. Y darle a alguien un nombre lo hace todavía más real. Nombres como Ophelia y Angela tienen, además, una gran musicalidad. Creo que eso era importante.

¿Por qué se decidieron por Theda Bara, la estrella del cine mudo, como modelo de portada? Me parece que Wes la encontró buscando imágenes de Cleopatra [Bara la encarnó en 1917] en Google. No puedes descartar esa mirada tan poderosa. Su forma de mirar a cámara no tenía igual.