Imma Monsó: los sacrificios de la felicidad

Lo más importante de 'L'aniversari' sucede dentro de la cabeza de la pareja protagonista

Imma Monso

Imma Monso / TONI ALBIR

VICENÇ PAGÈS JORDÀ

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El debut literario de Imma Monsó (Lleida, 1959) tuvo lugar hace 20 años con la publicación de la novela 'No se sap mai', que suscitó críticas entusiastas. Desde entonces -y al margen de cuentos y publicaciones juveniles- se han ido sucediendo otras novelas que han ido configurando unas características que se van repitiendo con la constancia suficiente para configurar un estilo propio, pero con suficientes variaciones como para que cada libro sea un mundo. En sus libros, el elenco de personajes es reducido y se relaciona en entornos cerrados: lo importante no son tanto las acciones que encadenan sino su manera de ser, que a lo largo del libro, más que evolucionar, se va definiendo gradualmente. La precisión distante -no llega a ironía- con que el narrador los contempla hace comprensibles sus peculiaridades, que admiran más a los lectores que a ellos mismos. Los personajes no son comunes, pero no es difícil que el lector los acabe entendiendo, e incluso que reconozca en ellos rasgos personales de él mismo o de algún ser cercano.

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Como en las anteriores, la séptima novela, 'L’aniversari', sigue estos preceptos y al mismo tiempo los hace evolucionar. Así, en algunos capítulos, la unidad de espacio nos aproxima a la fórmula teatral, mientras que, en el plano generacional, topamos por primera vez con los niños. Sin que se pueda considerar completamente un 'thriller', 'L’aniversari' presenta algunas de las características del género, como la alternancia de acciones destinadas a confluir, la diseminación de pistas falsas o la minuciosa construcción del suspense.

Cerca de la cincuentena y con los hijos fuera de casa, la pareja protagonista -o, más bien dicho, la mujer- se siente obligada a resituarse. Lejos de plantearlo como una crisis habitual de pareja, Imma Monsó se centra en el diferente nivel de imaginación de los dos miembros y en su interés por la ficción: “Cap dels dos podria entendre l’altre, cosa que els va intrigar i, per tant, interessar”. No es que se tengan que reinventar, sino que han de recuperar lo que eran antes de que se reinventasen, cada uno de ellos a su manera. El pasado -la infancia- será la clave para responder las preguntas que los hijos aplazaron.

Lejos de dicotomías reduccionistas -mujer creativa versus hombre rígido-, la autora prefiere plantear cuestiones como la conveniencia de una vida indolora, los sacrificios que comporta la felicidad o las renuncias que lleva incorporadas una rica vida interior. Porque, al fin y al cabo, lo más importante es lo que sucede dentro de la cabeza.