CRÓNICA

Lang Lang, en estado puro

El pianista chino seduce al Auditori en sus conciertos en solitario y junto a la OBC

Concierto del pianista Lang Lang en el Auditori de Barcelona.

Concierto del pianista Lang Lang en el Auditori de Barcelona. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Una arrolladora versión del ‘Concierto para piano y orquesta núm. 1’ de Rachmaninov cerró la noche del viernes la intensa semana de Lang Lang en el Auditori. Bien está lo que bien acaba, porque el clima de su actuación junto a la OBC dirigida por Rubén Gimeno fue sensiblemente mejor que el recital en solitario del miércoles. La mediática estrella, en estado puro, exhibió sus sobresalientes recursos técnicos sin renunciar a su gesticulante forma de entender la interpretación, que puso al servicio de las partituras y del diálogo con los músicos. 

El juego de contrastes entre el pianista y la formación se puso en evidencia en el primer movimiento de la obra con el artista doblado sobre el piano. Siguió el luminoso intimismo del ‘Andante’ en el que el instrumento asumió, y de qué manera, el protagonismo. La agitación del ‘Allegro vivace’ final, con solista y orquesta desplegando toda la fuerza expresiva de este movimiento acabó con incesantes aclamaciones y un bis. Antes, el artista se enfrentó en su debut con la OBC al ‘Concierto núm. 24’ de Mozart haciendo una lectura muy personal de la obra. En la pugna de caracteres con la formación y en los momentos de lirismo siempre sobrevoló la personalidad del solista, a pesar de saltarse algunas convenciones y mostrar gestos direccionales hacia la orquesta.

EL FENÓMENO

El ‘fenómeno Lang Lang’ no solo no decrece sino que goza de buena salud. Las más de 4.000 entradas vendidas en sus dos conciertos y el delirio con el que se han vivido sus actuaciones en Barcelona demuestran que su capacidad de seducción sigue funcionando. Cada nuevo proyecto discográfico o cada nueva gira llegan envueltos de una cuidadosa estrategia promocional que alimenta la curiosidad y el interés de un público mayoritario.

La sala de la calle Lepant ha vivido estos días una efervescencia inusual, con seguidores de todas las edades y procedencias. Este hecho fue especialmente notable el miércoles, con espectadores en algún caso ajenos a la clásica. En esta cita se colaron algunos aplausos cuando no correspondía, algo que no se repitió el viernes, con aficionados habituales a los conciertos de la temporada de la OBC pero igualmente cariñosos con el artista.

EN SOLITARIO

En solitario interpretó ‘Las Estaciones’ de Chaikovski, 12 composiciones que narran los estados de ánimo del compositor durante los diferentes meses del año. El pianista las abordó, alejándose del contexto de piezas de salón con el que estaban escritas, para darles mayor espectacularidad. La recreación remarcó lo melódico y lo armónico y transmitió las notables cotas de emoción que transmite la partitura.

Los excesos lastraron su versión del ‘Concierto italiano’ de Bach y en su revisión de los ‘Cuatro scherzos’ de Chopin dio rienda suelta con impactante virtuosismo a sus tics más reconocidos. Estas obras fueron abordadas con acentuadas dinámicas y una visceral entrega en la búsqueda de los acentos dramáticos. Dos propinas con mucho fuego de artificio, y con un ramo de flores de una fan descansando sobre el piano, remataron la primera de estas noches de fiesta clásica popular.