CONCIERTO

Eros Ramazzotti, una voz para San Valentín

El artista italiano cantó a los sentimientos y a la madurez en el Sant Jordi en la presentación de 'Perfecto', coincidiendo con el Día de los Enamorados

Eros Ramazzotti

Eros Ramazzotti / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Entre el baladista romántico en su edad juvenil y el cantante maduro que trabaja con fibras humanistas han pasado más de tres décadas, y la música de Eros Ramazzotti se ha ido volviendo más opulenta y variada, y los conciertos son espectáculos que, jugando con sofisticados recursos de vídeo, recrean cada aspecto de su personalidad: Eros poeta, viajero, futbolista… Y romántico. "Bon Sant Valentí a tots els enamorats!", saludó este domingo en el Palau Sant Jordi.

La coincidencia del recital con el Día de los Enamorados reforzó el acento en ese Eros Ramazzotti que canta al amor, una constante en una trayectoria que acoge otros registros líricos. Ramazzotti pasea por el Sant Jordi como si fuera su segunda casa: con el del domingo ya son nueve los conciertos que ha ofrecido en el recinto olímpico, en el que actuó por primera vez en noviembre de 1990, cuando acababa de estrenarse. Más público que la última vez, unas 13.000 personas en un formato acondicionado para 14.000, con sillas en la pista.

SONIDO FRONDOSO

La puesta en escena de 'Perfecto' transmitió abundancia: al aparato audiovisual se sumó una banda de diez integrantes que construyó un sonido frondoso y envolvente, en el que los clichés del pop adulto tuvieron carta de naturaleza; esos solos de saxo de Joe Leader y la guitarra precisa pero con un punto impersonal de Phil Palmer (el hombre que acompañó a Dire Straits en su gira de 1991-92, entre otras misiones). Los gestos de personalidad se reservaron al cantante, con su voz nasal en estado de revista y un repertorio amplio de modos sobre el escenario, incluyendo el brote de humor pedestre: Eros, con andares de ganso, o arrastrando él mismo con teatral esfuerzo el piano en el que tocó 'Tra vent' anni' (envuelta en arreglos enlatados), o poniéndose de espaldas al público y moviendo el trasero en 'Un attimo di pace'.

Cultivó el presenté y cantó siete piezas de 'Perfecto', la mayoría concentradas en el primer tramo del recital, cubriendo desde el vigoroso guitarreo de 'Il tempo non sente ragione' hasta la ternura extrema de 'Rosa nata ieri', convertida en 'Flor nacida ayer'. Canciones que transmitieron una calculada naturalidad, la idea del galán maduro que canta a las cosas sencillas y auténticas, en alianza con los rescates de 'Stella gemella' y la poderosa, 'bluesy', 'Se bastasse una canzone', ambas en versión castellana.

LOS ‘HITS’

El tramo acústico, siempre conveniente para que más tarde se pueda producir el épico 'crescendo' que conduce al final, trajo recesos con 'Una storia importante' y 'L’aurora', y luego el repertorio se escoró hacia el 'greatest hits' acudiendo a 'Otra como tú', 'Una emoción para siempre' y 'Cosas de la vida'. Escenas de complicidad con las coristas: si en 'Più che puoi' había compartido antes foco con Monica Hill, en 'I belong to you', canónica 'power ballad', estrechó destinos con Roberta Montanari, rumbo a 'Música è' y unos bises coronados con 'Fuoco nel fuoco' y ese 'hit' incontestable, 'La cosa más bella', acompañado por imágenes del público, todo sonrisas y felicidad. Al final, se trata de eso.