CRÓNICA

Un febril Crepúsculo

El cantante y teclista mostró su fulminante 'Nuevos misterios' en Almo2bar

Joe Crepúsculo, el viernes durante su recital en Almo2bar.

Joe Crepúsculo, el viernes durante su recital en Almo2bar.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Reapareció, el viernes en Almo2bar (dentro del Cicle indiscretcon su surtido de hitos pop que llevan al delirio a motivadas minorías. Como cantó el de Sant Joan Despí, «la canción de nuestra vida / como un rayo que atraviesa las heridas». Encontramos una nueva ración de ellas en Nuevos misterios. Electro-pop que no se resigna al homenaje retro complaciente, que expande los patrones del baile y el alcance de los textos.

Abrió la sesión Elsa de Alfonso con su grupo, Los Prestigio, que incluye a componentes de Doble Pletina, Extraperlo y Beach Beach. Pop con doble ración de sintetizadores, ochentero sin ningún disimulo, y con una pátina intrigante a través de la lánguida presencia de Elsa, vulnerable crooner de club con tendencia a un melodrama decaído. Ahí destacó Gardenias, del epé Desencuentros, en algún lugar entre OMD y el más sensible Battiato electrónico.

Dado que Nuevos misterios no verá la luz hasta el 18 de mayo, Crepúsculo, que actuó con la única compañía de Sergio Pérez (Svper), solo interpretó cuatro de sus canciones. Pero vaya cuatro: Corazón de colmillo, con su apaisado ritmo tribal, abriendo el repertorio; la majestuosa El reino de la nuez (con la voz invitada de Svper, Luciana della Villa); esa bomba tropicalista llamada A fuego, aunque sin las voces flamencas del disco, y La verdad, tan efectiva como un clásico de Alaska & Dinarama.

Salpicaron un repertorio que encadenó estribillos y pistas electrónicas invasivas, del bakalao al reggaeton, con una intensidad propia de un largo bis: El día de las medusas, Tus cosas buenas, Suena brillante, Mi fábrica de baile¿Qué más hace falta para que Crepúsculo sea una estrella?